Como en el Abierto de Australia, la zurda alemana Angelique Kerber, segunda tenista mundial desde el lunes, vuelve a alzarse ante el gran sueño de Serena Williams: el título de Grand Slam número 22 que haría Serena empatar en la cuenta de todos los tiempos con Steffi Graf.
Kerber es nacida en Bremen, de padre polaco (Slawomir)… y con hondas raíces en Polonia, en la ciudad de Puszczykowo (Unterberg), cerca de Poznan. Allí viven aún los abuelos de Kerber -su abuelo la inició en el tenis- y allí pasa largas temporadas la misma tenista. En Puszczykowo hay un Centro de Tenis con el nombre de ‘Angie’ Kerber. Sus abuelos pasan los días en vilo cada vez que Kerber llega a las rondas finales de un gran torneo. Además, Angelique cuenta con un espléndido refuerzo moral: el de la propia Steffi Graf, que reside en Las Vegas junto a su marido: Andre Agassi.
Kerber y su relación con Steffi Graf
En la primavera de 2015, y durante una etapa de malos resultados, Kerber (entrenada por Torben Beltz) pasó unos días con Graf en Las Vegas, durante el ‘Steffi Graf Tennis Camp’. “Entonces, Steffi me dijo que creyera en mí misma, que tuviese fe en mi potencial –que ella veía evidente- y que así no habría ningún problema. Estaba harta de verme dudar. No quería verme dudar más. Después de llegar a la final de Australia, Steffi me puso un mensaje dándome la enhorabuena desde Las Vegas. Me dice que se siente ‘muy orgullosa’ de mí”, revela Kerber, que apuntaba al “servicio” como la gran arma de Serena Williams: “Con Serena, nunca sabes por dónde ni cómo te va a venir el saque”.
Por su parte, Serena está decidida a “bloquear” toda comparación con Graf. «Antes me hacían pensar en Martina Navratilova y en Chris Evert, luego en en el Grand Slam… estoy igual en títulos que estaba después de ganar en Wimbledon el número 21, hace un año, y así se va a quedar todo hasta que termine la final».