Serena, la menor de las hermanas Williams, de casi 35 años, favorita clara para el triunfo final en la capital británica, regresa al All England Lawn Tennis and Croquet Club, escenario de su última gran gesta, después de un año con resultados irregulares.
Desde su triunfo de 2015 sobre la hispano-venezolana Garbiñe Muguruza (6-4 y 6-4), Serena acumula una semifinal (Abierto de Estados Unidos) y dos finales (Abierto de Australia y Roland Garros).
Parece que el aura de invencible de la norteamericana ha desaparecido en el último año, con derrotas en Melbourne, a manos de Angelique Kerber y en Paris ante Garbiñe, que evitaron que levantara su ansiado vigesimosegundo título de Grand Slam.
Ahora, la número uno del mundo vuelve a Londres, ciudad en la que se ha coronado en seis ocasiones y donde defiende el título que ganó con solvencia en 2015.
Sin embargo, este año se presentan más alternativas que nunca al triunfo final, y son muchas las jugadoras con opciones reales de arrebatarle el trono a Serena: Muguruza, Kerber, Agnieszka Radwanska, Petra Kvitova y Simona Halep son algunas de ellas.
La finalista del pasado año, la hispano-venezolana Garbiñe Muguruza, llega a la capital británica como cabeza de serie número dos y con la moral por las nubes después de levantar, a comienzos de mes en París, su primer título de Grand Slam.
La jugadora oriunda de Caracas dejó hace tiempo de ser ‘promesa para ser una ‘realidad’ y muchos en el barrio de SW19 la ven como la sucesora de la menor de las Williams.
Garbiñe es, probablemente, el nombre más destacado en un ramillete de favoritas en el que también resaltan Angelique Kerber, ganadora este año en Australia, y Petra Kvitova, reina de Wimbledon en 2011 y 2014.
Este fin de semana, los trabajadores del All England Lawn Tennis and Croquet Club terminaban de poner a punto el recinto para recibir al mejor tenis del mundo en el torneo más antiguo y más acreditado de la historia de este deporte, con una tradición de 130 años.
Durante los próximos 15 días Wimbledon vivirá toda la elegancia y el glamour propias del torneo, que en la presente edición repartirá 28,1 millones de libras (34,5 millones de euros) en premios, un 5 % más que en 2015.
No faltarán, por supuesto, las características fresas con nata, unidas a la imagen del exclusivo club inglés. Se estima que durante el torneo se consumirán alrededor de 30.000 kilos de fresas, traídas desde el condado de Kent (sureste del Reino Unido), y 7.000 litros de nata, en una combinación que ya es tradición inseparable de Wimbledon.