Garbiñe Muguruza regresó a la reluciente Centre Court de Wimbledon. Y ahí se encontró con una Camila Giorgi que, entrenada por su padre argentino, Sergio, no es que sea dura: es que fue durísima.
Con saques hasta a 180 km/h, y anulando a Garbiñe hasta 15 puntos de ‘break’ a favor (Muguruza acabaría en 4/19 en ese departamento), Giorgi extendió a Muguruza, finalista en 2015, a una durísima batalla de dos horas y 33 minutos, y a 23 grados en la Catedral del tenis mundial («La Cuna del Tenis», llama Novak Djokovic a la Central de Wimbledon): pero Garbiñe Muguruza, mucho más sólida mentalmente que solo algunos meses atrás, prevaleció por 6-2, 5-7 y 6-4, tras producir 30 golpes ganadores (Giorgi, 29), incluidos siete saques directos.
Garbiñe conectó servicios a 179 km/h y tiros ganadores a 133 km/h, pero enfrente tenía a una Giorgi ‘canchera’, que ya le había ganado dos veces, y que se defendía con agilidad, movilidad, y un arsenal de tiros planos que servía a rachas. Con ese arsenal, Giorgi arrebató a Garbiñe el segundo set y solo se inclinó en la tercera manga ante la superior potencia de fuego de la de Caracas, en rachas como de metralla.
Al fin, 42 errores no forzados de la italiana de Macerata, una docena más que Muguruza, resultaron clave para que la campeona de Roland Garros y número dos del mundo esté ya en la segunda ronda de Wimbledon. Allí, Muguruza chocará con la eslovaca Jana Cepelova (número 124), a la que ganó en su único cruce, en el lejano 2011. Todo puede ocurrir en una primera ronda en Wimbledon, con la hierba alta en la Centre Court. Pero ocurrió que venció Garbiñe Muguruza. Caminó sobre las aguas turbulentas de un partido como una final. Y supo sufrir.
Muguruza: «Fue muy duro, como cabía esperar»
«Fue muy duro, como cabe esperar del primer partido del torneo en Wimbledon. Giorgi jugó muy bien. Me gustan partidos tan duros para ir poniéndome a tono. Te dan preparación y confianza. Tuve que trabajar muy duro para ganar. Giorgi fue tope, sin nada que perder, y moviéndose bien sobre la hierba. Espero ir cogiendo ritmo y confianza».