Enfadado porque siempre quiere ganar. Y ganar no es siempre llegar el primero, sino hacerlo lo mejor posible. Y esta vez no lo pudo conseguir Carlos Sainz. Saldrá decimotercero mientras que su compañero Kvyat fue séptimo.
Es la primera vez que pasa eso desde que son vecinos de box en F-1. “Cuando tienes tantos problemas no me extraña, él es un piloto muy rápido y en cuanto tengo problemas es normal que esté por delante”.
¿Por qué? ¿Pasó algo? Pues algo pasó sí… “Un poco de todo ha pasado, primero desde por la mañana hemos tenido problemas con los frenos, un disco no se calentaba y el otro sí y he perdido confianza en frenada, hemos calculado mal los tiempos para poder hacer nuestra vuelta rápida, encontramos tráfico y no tenía el mismo feeling que ayer y es un circuito de frenadas, así que un poco descontento porque esperaba más, pero cuando tienes tantos problemas en una sesión como esta con los muros tan cerca es difícil hacerlo bien”.
Los frenos, eso fue el problema y lo que quitó confianza al madrileño después de lo que se divirtió el viernes. “El coche no iba a igual que ayer, tanto en frenada como llegando a la curva, pero descontento por eso pero se podrá hacer bien en la carrera. De ayer a hoy hemos cambiado los frenos y los de hoy no iban como ayer, hemos vuelto a cambiar de los libres para la calificación, pero tampoco se arregló”.
El piloto de Toro Rosso tampoco cree que la estrategia le vaya a ayudar demasiado: “Sí, se puede elegir neumático pero no creo que haya mucha diferencia aquí en ese sentido. Es probable que se decanten a una parada, la temperatura a las cinco de la tarde incita a ello”. Y sobre qué hacer, lo tiene claro, lo de siempre: “Salir a tope como siempre y ver donde acabamos, si llegamos a los puntos mejor, no hay que tirar la toalla”. Buena filosofía.