En Bakú no sólo los pilotos hacen vibrar a los aficionados con sus actuaciones en el asfalto, también hay otros que se encargan de hacerlo encima de un escenario cuando caen la noche. Chris Brown, Pharrel Williams y Enrique Iglesias. No hay año que el internacional artista español no saque un éxito que dé la vuelta al mundo y, después de deleitar en la noche del sábado con los últimos a los que acercaron a verle en Bakú, en la mañana del domingo se acercó al paddock del circuito.
«Es la primera vez que estoy en una carrera de Fórmula 1 y estoy entusiasmado», decía.
Primero le vimos hablando con Sergio Pérez en el box de Force India, con el que habló del complejo volante de su coche. Pero luego tuvo tiempo de conocer y hablar con los pilotos españoles. Se fotografió con Alonso, al que tenía ganas de saludar: «Tenía mucha ilusión de conocer a Alonso, es un crack. Teníamos pensado que subiera conmigo al escenario durante el concierto, pero al final no pudo hacerlo».
Como no podía ser de otra forma, Iglesias también estuvo con Sainz y su familia en el box de Toro Rosso. Ambos tienen dos padres por leyendas, uno de la música y otro de los rallys, y Enrique sabe lo complicado que es ser hijo de alguien así y destacar por tus propios méritos. «Me gusta mucho ver a Sainz en la F1. Sé por experiencia que no es fácil ser hijo de. Hay 22 pilotos en la parrilla y sólo llegar hasta aquí ya es muy bueno», declara. Su próximo concierto le llevará a Macedonia, pero antes disfrutará de la F1.