La gestión de los neumáticos es una de las claves esenciales para ganar una carrera, y esa empieza incluso antes de que se apague el semáforo, en la calificación. Los diez primeros clasificados están obligados a tomar la salida con las ruedas con las que marcaron su mejor tiempo en la Q2, mientras que el resto de la parrilla puede elegir libremente qué compuesto utilizar para el primer stint de la prueba del domingo. Pues bien, con Hamilton en Bakú han hecho una excepción.
El inglés tuvo una tarde aciaga el sábado y completó una sesión de calificación repleta de errores. El más grave fue el que cometió en la Q3 al tocar un muro que le dejó en la décima posición. Pero también hizo otro en la Q2 que es por el que la FIA le permitirá empezar la carrera con un juego de gomas distinto al que usó. En una de sus pasadas de frenada (en concreto en la curva 7), Lewis clavó sus neumáticos dejándolos bastante dañados, sobre todo el delantero izquierdo, que es el que será reemplazado según dicen en Mercedes.
Por eso, la FIA pidió que se inspeccionaran para comprobar su seguridad y cambiarlos si procediera, como manda el artículo 24.4 del Reglamento Deportivo: «Cualquiera de los neumáticos dañados durante la Q2 serán inspeccionados por el delegado técnico de la FIA, que decidirá si alguno puede ser reemplazado y, de ser así, con que otros deben serlo». Así, Pirelli ha confirmado el cambio de gomas de Hamilton, que tendrá que usar uno de características similares: un superblando usado. Un justo favor que le ayudará en su remontada.