NUEVA YORK._ Maltratado y humillado después de sufrir una lesión en una pierna, el recluso dominicano en la cárcel de Rikers Island, José González, intentó suicidarse dos veces en este mes, según le confesó al tabloide Daily News.
González de 29 años de edad, resbaló en el agua de uno de los baños, que tenía una fuga, lesionándose la pierna y cuando pidió ayuda médica a los carceleros, estos se la negaron, y lo obligaron a orinar en una botella.
El reo, que habló en la cárcel con un reportero del tabloide, dijo que también sufre de problemas mentales. El accidente ocurrió el 19 de mayo.
“M enviaron en una camilla para que me diera atención de urgencia, y luego me dijeron que tenía que caminar con las muletas”, explica González.
González, que cumple una condena de cuatro meses por robarse un iPad, nunca fue trasladado a la unidad médica principal de la cárcel, conocida como la Enfermería Comando Norte.
En su lugar, se colocó en una área de “observación médica” en el dormitorio del pabellón Anna M. Kross de la prisión.
Allí, se vio obligado a solicitar muletas cada vez que necesitaba usar el baño o moverse en cualquier otro lugar en el dormitorio. Se le dijo que no podía mantener las muletas con él, porque los oficiales creen que pueden usadas como arma.
Fue diagnosticado con un “trastorno de ánimo episódico no especificado” y tuvo que orinar en una botella porque ningún oficial quiso llevarle las muletas lo suficientemente rápido. González señaló que el personal médico le dijo que desde hacía más de un mes las camas de la unidad especializada estaban llenas.
Horas después de hablar con el Daily News, el 7 de junio, González fue encontrado inconsciente a las 5:20 de la tarde con marcas de alguna ligadura o cordón en su cuello.
A su llegada, el oficial de corrección oficial que acudió la escena, informó que el paciente fue encontrado tirado en el suelo con un trozo de cuerda atada alrededor de su cuello, acorde con el reporte registrado en el Departamento de Correcciones.
“El paciente no respondía a comandos verbales y estímulo táctil”, agrega el reporte oficial.
El médico que vio a González, antes de su intento de suicidio, recomendó que lo pusieran en vigilancia especial para evitar el suicidio, pero eso nunca ocurrió porque fue involucrado en una pelea, según un informe presentado por la supervisora médica Kristilla Brace.
El director médico y otros expertos de la cárcel pensaron que González estaba fingiendo y tratando de entrar en la enfermería del Comando del Norte, a la que los internos llaman “ático”.
Angel González, padre del recluso dijo que nadie merece ser tratado así.
Su hijo fue trasladado de emergencia al Hospital Bellevue en Manhattan, donde recuperó el conocimiento y fue tratado durante dos días.
Al regresar a Rikers Island, fue colocado en vigilancia de suicidio, pero aún así, el se le encontró de nuevo con marcas de ataduras alrededor de su cuello y tos sangrante dentro de un cuarto de baño.
“A su llegada, el paciente estaba en el piso del baño, con espuma sanguinolenta que salía de su boca”, dice el segundo reporte, que añade que González no respondió a ningún estímulo verbal y tenía una marca de ligadura en el cuello.
Y fue llevado otra vez al hospital Bellevue.
Ha habido seis muertes en cárceles de la ciudad este año, cuatro de ellas, aparentemente por causas naturales y dos que se cree han sido por suicidio.
El Comisionado del Departamento de Correcciones, Joseph Ponte que la agencia, “se preocupa profundamente por la salud y el bienestar de todos los internos y está trabajando estrechamente con el nuevo proveedor de servicios de salud correccional de la ciudad para asegurar que a nuestros reclusos se les proporcionen atención médica de calidad”, dijo el portavoz del departamento de Eva Kessler.