Sólo lo conocen por fotos. Lo que de verdad quieren los pilotos de Fórmula 1 es comprobar qué se siente al subir por la Ciudad Vieja al volante de sus monoplazas. Hablamos de Bakú y del GP de Europa que se disputa en la capital azerbaiyana este fin de semana. ¿Un trazado que recuerda a Mónaco? ¿A Singapur? ¿A Monza? ¿A Macao? Sólo unas horas para resolver todas esas dudas.
El que mejor lo conoce de todo el paddock es Fernando Alonso, para algo es el embajador del GP de Europa. Para el asturiano, el Baku City Circuit tiene un ADN entre Mónaco y Monza. “Es un impresionante híbrido entre el zumbido de un circuito urbano, con sus estrechas calles y su lucha coche con coche, y una pista más tradicional en la que se alcanzan velocidades altas y con opciones de adelantar”, dice el asturiano. Con el trazado del Principado comparte esa parte más revirada (7,6 metros de ancho) a partir de la Curva 7, mientras que al italiano le une la velocidad pura y dura: en la recta de 2,1 km (la más larga del Mundial) se llega a los 340 km/h.
“No sé si será como Mónaco o tal vez una mezcla entre Mónaco y Singapur”, afirma Felipe Massa, que se frota las manos ante la velocidad que puede imprimir su Williams en esa enorme recta. “Me recuerda un poco al circuito urbano de Valencia”, dice Kvyat. Y Carlos Sainz señala: “Me recuerda mucho a Macao en el tramo entre la Curva 7 y la 12”. El de la Ciudad Vieja, ese laberinto de infarto con el que Bakú da la bienvenida a la F-1.