Se le vía triste, enfadado, pero intentando mantener la sonrisa, el tono positivo de algún lugar donde lo haya aprendido, tal vez el libro de autoayuda de la vida y la casta. Todo está en las caras, aunque no queremos, a veces.
“No hay nada de que lamentarse porque ya no hay solución. Hasta ahora lo estábamos haciendo todo casi perfecto en cuanto a las paradas en boxes, estrategia etc… pero aquí no ha funcionando y ahora hay que sentarse y ver qué ha pasado. No estoy contento porque viendo dónde ha terminado Pérez que iba detrás nuestro antes de la primera parada pues había mucho más que pescar en esta carrera”, decía el madrileño que terminó octavo después de una parada de catorce segundos por parte de Toro Rosso.
Y es que tenía claro cual era su objetivo y cómo lograrlo: “No había más que hacer que una buena estrategia y no chocar y es lo que he intentado hacer desde el principio sobre todo con el neumático de seco he intentado atacar, iba mucho mas rápido que Fernando, que Nico… pero bueno es lo que ha habido y ya está. Ahora a ver qué ha pasado e intentar solucionarlo para la próxima”. Oportunidad perdida. Otra vez.