¿Puede describir sus sensaciones cuando terminó de ganar el partido con aquel globo que casi nadie terminaba de creerse y que aplaudió la propia Serena?
—Solo te lo terminas de creer, en efecto, cuando el árbitro, Pascal Maria, ya dijo match, pero, en efecto, fue una sensación extraña, como cuando abres champán: no sabes cómo pero de repente ahí viene todo, ahí vienen las burbujas. Es un poco eso, no sabes cómo… pero acabas de ganar Roland Garros. No sabía lo que hacía, sentía lágrimas, emoción: tantas cosas.
—¿Qué idea o planteamiento tenía sobre esta final?
—Tenía la experiencia de Wimbledon del año pasado, aunque, por muchas razones, ya sabía que iban a haber bastantes cosas diferentes. El sentimiento bueno cuando estás al final en un torneo de estos es que estás jugando bien y que, en consecuencia, puedes ganar. Tienes idea de hacerlo… y atacas. Vas a por ello, vas a por todas. Con calma, eso sí.
—¿Qué ha ido pensando a lo largo del partido, con todos sus altibajos y con Serena enfrente?
—Intentaba tener calma, como he dicho, y manejar bien las emociones. Puedes ganar si controlas los nervios. Creo que podía haber sacado un poco mejor. Pero resistí bien en el primer set, lo gané, y eso ya me dio la calma que necesitaba. Ahí ya pude decirme, ‘pues mira, vamos bien, si seguimos así, solo nos queda un set’.
—¿Qué tiene que decir a sus amigos y a la gente de Venezuela?
—Que les deseo lo mejor a todos ellos, que esta victoria no es solo para España, sino también para Venezuela, para los dos países y que lo que más deseo es que pueda servir para inspirar a la gente de allí. Eso es lo mejor, que mañana pueda haber más niños y niñas jugando al tenis en Venezuela y en España. Venezuela estará siempre en mi corazón.
—¿Cuál es la gran enseñanza que le deja este torneo?
—Que lo importante es el planteamiento de jugar bien, de frente y que nadie te saque de ahí. Concentración.
—En los tres últimos torneos de Grand Slam no ha ganado el título Serena Williams: justo desde la final que jugaron ustedes dos en 2015, en Wimbledon…
—Creo que eso es bueno para el tenis. Tenía o tiene que acabarse con eso de que Serena Williams ganaba siempre. Necesitamos nuevas caras y que la gente salga a la pista con idea de ganar los títulos en juego.
—Va a jugar el nuevo torneo sobre hierba en Mallorca, la semana próxima, y después… regreso a Wimbledon. ¿Qué espera en el All England?
—Esa final de Wimbledon que perdí con Serena es un partido que tengo muy grabado. Era mi primera final en Grand Slam y allí sentí unos nervios que no pude controlar. Obviamente, es el partido del que más me he acordado en el último año, hasta llegar aquí. Es una espina que siempre se te queda clavada y está ahí. Veremos.