El hoy taponero del mejor equipo en el beisbol, estuvo cerca de un retiro prematuro
Luego de una recaída en su rehabilitación de la cirugía Tommy John, Héctor Rondón sencillamente ya no podía más. El beisbol no valía el sufrimiento de una segunda operación en el codo y el inicio de un nuevo proceso de recuperación, pensó el venezolano.
Transcurría el año 2011 cuando el derecho decidió acercarse a varios oficiales de los Indios de Cleveland, su equipo en aquel entonces, para darles la noticia de su retiro.
“Estaba 100% liquidado”, le contó Rondón a Yahoo! Sports. “Le dije a mi novia, a mi papá y mamá y todos me apoyaron. Si quería hacerlo, ellos estaban conmigo. Le dije a los Indios que ya no quería jugar más beisbol”.Cleveland no quiso aceptarlo; después de todo, se trataba de uno de sus mejores prospectos. La organización le recomendó al criollo reconsiderar su decisión, pues apenas tenía 23 años de edad.
El amor por el juego pudo más, y Rondón aceptó pasar por el quirófano una segunda vez para intentar volver.
“En los últimos dos meses de rehabilitación todavía sentía dolor”, recordó el criollo. “Pero aún tenía buena velocidad. Después de eso, fue una historia diferente. Sabía que podía lanzar. Sabía que podía regresar, así que fue distinto mentalmente”, agregó.
En efecto, una nueva historia comenzó a escribirse para el mirandino desde entonces. Tras una buena actuación con los Leones en la pelota local, los Cachorros decidieron tomarlo en el Draft de Regla 5 en diciembre de 2012. Su potencial siempre estuvo allí, por lo que su único objetivo era mantenerse sano, lo que pudo lograr.
Rondón abandonó el rol de abridor que tanta esperanza generó en Cleveland y asumió uno de relevista que en apenas dos años en la gran carpa lo llevó a cerrar compromisos para Chicago.“Es como cuando siembras una semilla y te sientas a esperar que salga la planta de la tierra”, señaló el coach de bullpen de los oseznos, Lester Strode. “Eso es lo que ha hecho. Ha seguido madurando y cada año se ha vuelto mejor”.
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