La Federación Internacional de Tenis (ITF, que ahora preside el estadounidense David Haggerty) tiene muy clara su postura sobre el torneo de los Juegos Olímpicos de Río (en pista dura): “Consideramos que todo jugador debe valorar una plaza olímpica para representar a su país como un honor y un privilegio. Cada tenista puede recordar el camino que ha tenido que recorrer… y a los otros jugadores que no han podido llegar hasta ahí”, señalan portavoces oficiales de la ITF.
Bajo esa argumentación, y tras caducar el acuerdo que la ITF firmó para los Juegos de Londres (2012) con la ATP y el WTA Tour, el torneo olímpico de los Juegos de Río no repartirá puntos, ni tampoco premios en metálico: solo medallas. En Londres, el campeón masculino acumuló 750 puntos ATP. Para el subcampeón iban 450 y la medalla de bronce generaba 340 puntos. Eso ha desaparecido. Y, obviamente, no todos los jugadores de la ATP opinan igual que la ITF.
Así, cinco tenistas de gran calibre, entre los puestos 15 y 23 del mundo, ya han formalizado sus renuncias al torneo olímpico, sin escudarse para sus decisiones en la delicada situación sanitaria. Estos cinco son: Dominic Thiem (Austria, número 15 de la ATP), John Isner (EE UU; 17 y primer estadounidense), Kevin Anderson (Sudáfrica, 20), Bernard Tomic (Australia, 22) y Feliciano López: España, 23.
El vacío de puntos da argumentos a Isner, Anderson y Tomic. Thiem no ve clara la importancia del torneo, ni del tenis como deporte olímpico: y se enfrenta a una campaña en Austria para convencerle. “El esfuerzo es muy grande, voy a cumplir 35 años y he de pensar un poco más en mí”, aduce Feliciano, que defiende muchos puntos en EE UU (Cincinnati y US Open). «Cada uno es libre de jugar o no en los Juegos Olímpicos, aunque yo no entiendo que no se haga, porque se trata del evento deportivo más importante del mundo», dijo Rafael Nadal antes de abandonar París. «Para mí el torneo olímpico es como el quinto grandslam y sigo sin plantearme que los Juegos sean suspendidos», matiza Novak Djokovic.