Hay personas que hasta cuando te dan las gracias parece que lo hacen por algún extraño motivo o están lanzando dobles o triples mensajes. Así es Lewis Hamilton. El campeón del mundo ganó en Mónaco y una de las razones por las que lo consiguió fue que su compañero Nico Rosberg le dejó pasar y a partir de ahí tuvo el camino libre. Después Red Bull con un error en boxes se encargó del resto. La cosa es que ahora el inglés da las gracias a su compañero de equipo e incluso le alaba, pero…
“Hasta entonces yo no sé lo que había pasado, pensé que tenía un problema”, declaró. Y después se lió entre acuerdos de caballeros y manos apretadas que nunca chocaron. “Cuando estaba detrás de Nico sabía que era mucho más rápido que él, pero simplemente no podía ver nada con el agua en suspensión y tenía claro que ninguno de los dos Mercedes iba a ganar la carrera si me quedaba atrapado detrás de él, pero él dijo que tenemos un acuerdo y es que cuando el equipo nos pide tirar y no somos capaces por alguna razón tenemos que intentar no arruinar las posibilidades del equipo”, explicó para añadir: «En realidad no tenemos ese tipo de acuerdo, al menos yo no lo sabía hasta que me lo acaban de decir, así que al acabar la carrera solo puedo decirle que gracias por ser un caballero».
También quiso dejar claro el británico que la decisión fue del equipo o de Rosberg, nunca suya: «No, no pedí al equipo que me dejara pasar, es muy raro que alguna vez yo haga eso, estaba justo detrás de Nico, hablé con mi ingeniero y me respondió y dijo que yo era mucho más rápido, pero es muy difícil pasar en Mónaco, no sé si algo le sucedía a partir de eso, pero sentí que podía ganar esta carrera, pero no atrapado detrás. De todas maneras tenía previsto intentarlo en la curva tres en caso de que hubiera sido necesario”. Ya ven… gracias, caballero, de aquella manera. A lo Hamilton, tricampeón del mundo de Fórmula 1.