Con princesas como Azarenka y Kerber ya fuera del torneo, Garbiñe Muguruza aprovechó su primer paso por la Philippe Chatrier en 2016 para soltar descargas de aviso con lo mejor de su arsenal. Y, con 14 tiros ganadores y el inesperado sol asomándose a la Chatrier (‘Buenos días, Monsieur Sol, mucho tiempo sin verle’, cabría decir en París) Garbiñe plantó el pie (un número 44, Adidas diseñadas por Stella McCartney) en la tercera ronda de Roland Garros.
Con un tonante 6-2 y 6-0 a Myrtille Georges (número 203 del WTA Tour), Garbiñe Muguruza se cita en tercera ronda con Ekaterina Makarova o Yanina Wickmayer. Desde el 2-2 (y 0/30) del primer set, Garbiñe cerró el día en la Chatrier con parcial de 10-0… y 24 puntos ganados de los 29 disputados en el segundo set: Georges ganó solo cinco puntitos en esa segunda (y para ella) última manga en Roland Garros. «Hacía viento y podía ser engañoso. Siempre tengo nervios aquí en Roland Garros, pero ahora me siento feliz y debo de estar bien recuperada para dar todo lo que tengo en tercera ronda», afirmó Garbiñe ante el micrófono de Marion Bartoli, aún sobre la arena de la Chatrier.
No se crean mucho eso de los nervios: Garbiñe disfruta con las pistas grandes, los escenarios suntuosos. Y, como pocos o más suntuosos escenarios hay que la Chatrier, pista grande donde las haya, Garbiñe Muguruza Blanco pasó de estampida sobre este santuario de Roland Garros y del tenis francés. Fue con saques hasta a 175 km/h de punta (media a 163, 12 kms. superior a la de Georges) y reduciendo a un 25% la cuota de puntos ganados por Georges con segundos servicios. Como un portaaviones, Muguruza suelta amarras en Roland Garros, y casi sin flotas enemigas a la vista. A ver quién y cómo la detiene.