Es el mismo mar, pero distintas corrientes. McLaren vuelve a Montecarlo, allí donde empezó todo, aquel GP de Mónaco 1966 en el que por primera vez lució su chasis en el Mundial de F-1. Cincuenta años después, la escudería regresa a ese rincón de curvas y yates con el reto de seguir dando pasos hacia el futuro. “Alonso sigue siendo el mejor. Es frustrante no ser capaces de proporcionarle la mejor combinación de coche y motor”, reconocía hace un par de días Ron Dennis. Y Eric Boullier le copia el estribillo.
En Mónaco pretenden repetir en la Q3, situar sus coches “entre el sexto y el octavo lugar de la parrilla”, según afirma Boullier. En la otra parrilla, en la que empezó a rodar todo, la de 1966, Bruce McLaren logró situar aquel modelo con motor Ford en la décima posición de la línea de salida. Luego, en carrera, tuvo que abandonar tras nueve vueltas por una pérdida de aceite. Aquella carrera la ganaría Jackie Stewart, que entonces no era Sir pero que en Mónaco se sentía como en el jardín de casa.
Ahora, en Mónaco 2016, Alonso y Button pretenden sumar puntos en un gran premio que llega con Red Bull tocando a la puerta y Mercedes viendo sombras donde no las hay. La evolución de la unidad de potencia de Honda “sentará las bases para un paso adelante real en 2017”, promete Boullier. “Honda lo está intentando y aún disponen de algunos tokens para poder ser usados”, añade. Ahora hablamos de tokens, hace 50 años, en ese rincón de la Costa Azul, se cantaba a Adamo y Aznavour.