Lorenny Solano
Muchos pueden pensar en principio que el pasado proceso electoral del 15 de mayo lo ganó como manifiestan los resultados de las votaciones el reelecto presidente Danilo Medina, sin embargo, existe otro gran ganador, uno que hace tan solo un año atrás, nadie tenía conciencia ni se imaginaba que podía llegar a estar tan cerca de la posición máscodiciada por dominicano alguno; la presidencia de la República.
Ese gran ganador trabajó arduamente para obtener la aceptación de un partido fragmentado, que surgía como el fénix desde sus cenizas y que batalló contra todas las instancias posibles para conseguir erigirse dentro de los cánones legales que requería la Junta Central Electoral para aceptarlo como partido, a pesar de las grandes discusiones que se empezaron estableciendo por detalles tan mínimos como un logo, una señal del dedo o un tono de color.
Todos estos detalles los superó, con todo y contra todos luchó para estar dentro de la contienda y poder competir abiertamente con los demás candidatos convirtiéndose además en el principal «opositor´´ del gobierno.
Antes del 27 de abril del 2015, cuando ganó la convención interna de su partido, era imposible pensar que ese aspirante a la candidatura por la presidencia podría alcanzar su objetivo y luchar además contra el imperio del Partido de la Liberación Dominicana que semanas antes, el 19 de abril del mismo año ya se estaba dividiendo por la intención del presidente Medina de embarcarse en un proceso reeleccionista.
Con todo y lo que le esperaba enfrentar fue valiente, decidido y preparó su camino para luchar con todas sus armas, sin embargo, después de tanto nadar y enfrentarse a tantas críticas, conflictos y deserciones, este candidato se ahogó en la orilla al enfocarse en dañar al partido de gobierno en vez de jugar su rol como principal opositor y dedicarse a proponer las cosas que el pueblo dominicano tiene mucho tiempo esperando con ganas de que alguien le recuerde por qué es importante el cambio.
En vez de hacer que la gente se enamorara de su plan de gobierno lo que hizo fue envolverse en un constante chisme e hizo de cada ponencia pública un escenario para hablar de su oponente, que aunque fuera negativo, lo único que hacía era publicitarlo y se dejaba ver como alguien vacío que solo sabía criticar.
A pesar de todo esto, hay que reconocer que el gran ganador de este proceso electoral fue sin dudas Luis Abinader, porque alcanzar un porcentaje tan alto al lado de un contrincante que se sabía de memoria las bases de la pelea, pero que además tenía los mejore estrategas, los medios y aparte gozaba de amplia simpatía popular y que aun así obtuvo un 35 por ciento que tal vez pudo haber sido mucho más si hubiera basado su campaña en propuestas y no en críticas.
Luis Abinader es un hombre muy joven, que si así lo desea podría prepararse estos próximos cuatro años y jugar un mejor papel en los comicios del 2020, tal vez le ayude además el hecho de que mucha gente realmente quiere un cambio de gobierno porque siente que el PLD se está acomodando demasiado, sin embargo, si el PLD no encuentra una verdadera oposición que se identifique y conecte con la población, bien podrían llegar al 2046 sin ningún problema.
Otra vez David venció a Goliat, digo, a Roberto!
Un ejemplo palpable de que cuando la población ya está cansada de lo mismo y surgen propuestas nuevas, atractivas, con intención de mejorar las cosas, la gente reacciona y lo apoya fue lo que ocurrió con la alcaldía del Distrito Nacional y su aun alcalde Roberto Salcedo, que con 14 años de experiencia, con una campaña que tenía en las calles de la capital poco más de un año y con un az bajo la manga que sacaron en el momento justo, al integrar a su equipo a la ingeniera FrancinaHungría, una mujer que fue víctima de un atraco que a raíz de eso perdió la visión por los desaprensivos que le dispararon para despojarla de su vehículo y que aun asídecidió enfrentar la vida y utilizar su afección como motivación para otros.
La estrategia de elegir a Francina para vice alcaldesa fue excelente, a pesar deque muchos dijeron que Roberto la estaba utilizando porque sabía que tenía una alta tasa de rechazo y que con ella podría granjearse el apoyo de los que se identificaban con ella, además de que dentro de su propio partido muchos no querían que él continuara, no solo por todo el tiempo en el mismo cargo, sino porque fue impuesto en el cargo quitándole la oportunidad de aspirar a otros compañeros suyos y que para colmo lo que se perfilaba en esta última campaña de Roberto era que estaba preparando el terreno en el futuro para que su sucesor fuera su hijo Roberto Ángel.
Todo esto y muchas cosas más que los munícipes del Distrito Nacional manifestaban desde hace tiempo sumado a una campaña propositiva, activa, con un toque de ternura por su slogan de que la capital tenía un nuevo amor y el hecho de que se enfocó principalmente en los puntos que quería mejorar y no en las cosas negativas de su oponente, la gente salió a votar, y esta votación por un candidato que salió a hacer campaña con menos de 45 días para efectuarse las elecciones es la hazaña más grande e increíble que se haya podido ver en nuestros tiempos.
No valieron todas las vallas, todos los spots, todas las canquiñas, parque de luces ni la cantidad de cosas que promovió el ayuntamiento y su alcalde, esta vez se volvió a cumplir la historia bíblica del antiguo testamento que el pequeño y para muchos poco gracioso David, volvió a vencer a Goliat, esta vez en el cuerpo de Roberto Salcedo.