Continúa la polémica por la posible no presencia de Nick Kyrgios en los Juegos Olímpicos de Río de este verano. Kitty Chiller, responsable del equipo australiano para los Juegos Olímpicos, llamó la atención a Kyrgios a Bernard Tomic y les advirtió que están vigilando su comportamiento, y que de ello dependerá que estén o no en los Juegos Olímpicos de Río.
Tenistas como Andy Murray, flamante campeón en Roma tras ganar a Novak Djokovic, han mostrado su apoyo a que el australiano juegue en Río. El tenista escocés, actual campeón olímpico, dijo antes de la final que quiere ver a Kyrgios en Río. «Espero que esté en Río. Pienso que Kyrgios se está comportando bastante bien este año». El tenista australiano agradeció las palabras de Murray a través de las redes sociales. «Andy Murray es Dios».
La actitud de Kyrgios sobre una pista de tenis en este 2016 es distinta a la del año pasado. Entonces, el australiano le dijo a Wawrinka durante un partido en el Masters 1.000 de Montreal: «Kokkinakis se ha acostado con tu novia. Lo siento, colega», lo que le valió el abucheo del público cuando cayó eliminado en el siguiente torneo en Toronto. Además, se quedó dormido durante un partido ante Murray en el US Open y también protagonizó declaraciones subidas de tono en el Masters 1.000 de Shanghái, donde calificó la superficie donde se jugaba como «pista de mierda».
Este años, Kyrgios ha tenido alguna subida de tono con los árbitros en Australia, donde le dijo a un juez de silla «eres un árbitro terrible», y en Miami, tras recibir un warning, y ausentarse, no sin polémica, de la eliminatoria de Australia ante Estados Unidos en Copa Davis. Pero en 2016 Kyrgios está dando más que hablar por sus resultados deportivos que por sus incidentes. Ha conseguido su primer título ATP, el Open 13 Provence en Marsella después de superar a Richard Gasquet (número 10 del mundo entonces) en cuartos, a Tomas Berdych en semis (número 8 del ranking) y vencer a Marin Cilic en la final. Kyrgios volvió a ganar en Dubai a Berdych, y alcanzó en Miami por primera vez las semifinales de un Masters 1.000. En Madrid, el australiano ganó a Wawrinka (número cuatro del ranking) en dieciseisavos, y en Roma superó a Raonic en dieciseisavos (décimo tenista mundial) y plantó cara a Nadal en octavos de final.