En Roma no han podido con Serena Williams ni la intoxicación por devorar comida de su perro ni la proximidad de los 35 años, ni los latigazos de servicio de Madison Keys: siete saques directos, con punta de 185 km/h, por cuatro de Williams… que quebró en cinco oportunidades (5/6) los turnos de Keys al servicio.
Con tanteo de 7-6 (5) y 6-3, tras 84 minutos, Serena vuelve a firmar un título importante (Roma es un ‘Premier 5’), el número 70 en su carrera: algo que no sucedía desde agosto pasado en Cincinnati. «Creo que mi mejor momento ya ha sucedido ahora» dijo Serena a Sports Illustrated en noviembre de 2015, tras el doble fracaso del KO en el US Open ante Roberta Vinci y el adiós al Grand Slam. Entonces, Serena Jameka Wllliams parecía irse desinteresando del tenis y en lo más hondo de una dura resaca mental.
Pero hoy se trata también de la cuarta coronación de la número uno mundial en el Foro de Roma. Las anteriores, en 2002, 13, 14. Enfrente, Keys (con solo el bagaje de un título menor, Eastbourne) se presentaba en su primera final importante, después de haber caído derrotada por Serena en sus dos cruces anteriores.
Y he aquí con dos mujeres afroamericanas entre nubes y viento del Capitolio, en la línea de salida del Foro (Keys, hija de unos abogados de Illinois, creció admirando a… Venus Williams), la final romana se planteaba como un suceso inédito: tan inédito, que Keys despegó con 2-0 en ‘break’ de salida y sirvió para mandar con 4-2. Pero apareció el resto de Serena para castigar los flancos del segundo saque de la de Illinois (12/29 de puntos totales con segundos servicios, 41%)… y fue Serena quien pasó adelante en 4-3, a unas alturas en las que el resto de Williams solo había permitido ganar a Keys… un solo punto con segundos servicios.
Los golpes directos de Serena gobernaron el ‘tiebreak’ y, tras entregar esa ‘muerte súbita’, Keys entró en depresión. Ello permitió a Serena volar en la segunda manga hasta 3-0, con dos ‘breaks’, de paso para un 5-2 que dejaba sin soluciones a Madison. De todos modos, Keys forzó un último ‘break’ a favor (3/3), solo para contemplar como Serena volvía a ametrallar sus segundos servicios, para plantar sus curiosos botines color púrpura sobre los mármoles y el título del Foro Itálico, cuarto título en Roma para Serena Jameka Williams Price, toda una emperatriz.