El grito de alegría fue de esos, ya saben, en los que sacas toda la rabia que llevas dentro, en los que dices muy alto que está aquí y eres capaz de hacer esto. En la Q2, Max Verstappen le había sacado casi medio segundo a Daniel Ricciardo y en la Q3 el holandés tenía dos juegos de neumáticos nuevos por uno solo del australiano que debía conformarse con ese único intento. Pero cuando salió a pista demostró todo su talento para ser tercero solo por detrás de los Mercedes y batir a su joven compañero por más de cuatro décimas. Y entonces gritó. Mucho. Después en rueda de prensa se tranquilizó.
“Hemos visto que Max es muy rápido, y lo está demostrando. Lo demostró también ayer. Puedo decir que ha sido un gran comienzo para él y también para el equipo. No sentía que tenía que luchar contra él. Aunque no ha sido lo mejor en Q2, sabía que había más que demostrar en Q3, y sabía cuándo era el momento de conseguirlo, mi momento”, declaró.
“Ambos estamos en la segunda línea de la parrilla y eso está muy bien, estoy muy contento porque estamos por delante de Ferrari. Creía que quizá alguno de los dos podía meterse ahí y, al final, tener a los dos coches es increíble”. Mientras el holandés era optimista: “Creo que el podio es posible, ¿por qué no?”. Veremos…