La intensidad del criollo es bien recibida en los Rockies
SAN FRANCISCO.- Para nadie es un secreto la excelente calidad de Gerardo Parra tanto a la defensiva como a la ofensiva, pero los que conocen de cerca al jardinero venezolano les llama la atención la enorme energía y entusiasmo que aporta a los Rockies de Colorado. «Nos trae un alto nivel de energía e intensidad», manifestó el dirigente de los Rockies, Walt Weiss. «Sus compañeros de equipo lo estiman y lo respetan. Nos mantiene relajados. Juega con intrepidez y eso es también contagioso».
Firmado a un contrato por tres temporadas el pasado 20 de enero luego de alinear con los Diamondbacks de Arizona, los Cerveceros de Milwaukee y los Orioles de Baltimore, Parra, de 29 años de edad, es el jardinero izquierdo titular de los Rockies, pero puede defender muy bien cada rincón de los tres bosques.
«Me gusta realmente todo lo que trae Parra a nuestro equipo», enfatizó Weiss. «Es buen pelotero, un jugador completo. Sobresale con el guante y eso nos permite mejorar en los jardines, lo cual es importante por las dimensiones de nuestro parque. Cubre mucho terreno y cuenta con tremendo brazo».
Con tan buenos ojos ve Weiss a Parra que el piloto no vacila en alinearlo de quinto, aunque por ser un bateador de líneas parecería que el nativo de Santa Bárbara del Zulia, al occidente venezolano, estuviera mejor capacitado para ocupar los primeros turnos.
«Es un tipo de alto contacto», analizó el ex paracorto Weiss. «Tenemos a hombres [poderosos] frente a él [el venezolano Carlos González, Nolan Arenado] que impulsan carreras, pero Gerardo produce después de esos bateadores de alto tonelaje. Lo coloqué por un rato como primero, pero Charlie Blackmon – que retorna de una lesión- hace buen trabajo en ese turno».
Parte de la trayectoria de Parra sugiere que a ratos puede ser el mejor bateador del planeta y en otras ocasiones tiende a aflojar su ritmo, pero Weiss estima que lo importante va a ser el producto total.
«Va a sumar buenos números» proclamó el manejador de los Rockies. «No sé cómo lo hará a lo largo del camino, frío o caliente, pero va a ser productivo».
Ese entusiasmo contagioso de Parra no pasa inadvertido para su paisano y amigo González, que lo conoce desde que ambos crecían como seres humanos y peloteros de las Águilas del Zulia, estado rico en petróleo y en tremendos beisbolistas.
«Es [Parra] un pelotero que tiene buena habilidad y también es buen compañero, algo que es un extra», describió González, nativo de Maracaibo, capital del estado Zulia. «Cuando tienes un jugador así siempre es bienvenido. Es muy fácil quererlo y agarrarle cariño por la manera que se interesa por cada uno de sus compañeros».
Para González, de 31 años, Parra es como un hermano menor. Ya el campeón de bateo de la Liga Nacional en el 2010 (.336) iba a su tercera temporada con los rapaces en la exigente liga invernal venezolana cuando llegó cierto joven sonriente de 18 años de edad.
«Desde el principio de nuestras carreras hemos sido jugadores muy similares», comparó González. «Tenemos la habilidad de poder ganar el juego en cualquier aspecto, defensiva u ofensivamente. «Tiene buen corazón», elogió González. «Conozco muy bien a su familia al igual que él conoce a la mía. Siempre nos llevamos muy bien. Venimos de la misma tierra, compartimos muchísimos años en el mismo equipo. Esto [ser compañeros en Grandes Ligas] para nosotros es algo natural, normal».
Asímismo, los rivales de los Rockies le tienen enorme respeto a Parra, incluyendo al dirigente de los Gigantes de San Francisco, Bruce Bochy, que lo conoce bien desde la época en la que el zuliano repartía líneas por doquier con los Diamondbacks.
«Me hace recordar bastante a nuestro propio [el venezolano Grégor] Blanco», declaró Bochy. «Es buen jardinero, buen bateador, un out muy dificil, corre muy bien».
Y por supuesto Parra, que encabezó a todos los jardineros de las Grandes Ligas en asistencias con 17 en el 2013, se siente como muchacho con juguete nuevo con los Rockies.
«Siempre he sido así», señaló Parra a LasMayores.com acerca de su energía y entusiasmo. «Amo lo que hago, lo disfruto. Me alegra también cuando mis compañeros hacen el trabajo, sobre todo cuando se gana».
Defender la camiseta de la novena de las Montañas Rocosas, al lado de su paisano y amigo González, hace sentirse muy feliz a Parra.
«Significa muchas cosas grandes, muchas cosas positivas», dijo Parra. «Sabemos que es un pelotero VIP, All-Star y ahora aprendo muchas cosas de él. Me ha brindado la oportunidad de sentirme como en casa. Y eso es importante ahorita mismo en mi carrera».
Aquella experiencia con la novena del Zulia, cuando eran jóvenes llenos de sueños ahora convertidos en realidades, siempre las va a recordar Parra.
«No pensábamos mucho [en aquella época] en jugar a la pelota un poco más profesional, sino en divertirnos y eso es lo que tratamos de hacer ahora, porque ésto es un juego», puntualizó Parra. «Claro, hay que concentrarse en cada aspecto, pero a la vez hay que divertirse».
Obviamente, lo estrecho de la amistad entre ambos venezolanos les permite aconsejarse el uno al otro en un grado mucho más amplio.
«Me dice [González] muchas cosas sobre la defensa», reveló Parra. «Cuando me siento mal en el plato, él me habla bastante. Tratamos de levantarnos y animarnos. Carlos es una de las caras de este equipo. No es fácil soportar la carga él sólo, hay que dividirla entre varios. Estoy orgulloso de estar aquí con él».
Una vez terminada la temporada y ya con miras a la del 2017, los dos pudieran compartir el uniforme de Venezuela en el Clásico Mundial.
«Ojalá Dios quiera que podamos representar a Venezuela en el Clásico, estar juntos en los jardines», visualizó Parra. «Estaría orgulloso de representar a la patria de donde somos, a donde nacimos. Hay que llevar siempre al país en alto, que de verdad en este momento lo necesita mucho».
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