Lleva la cara pintada de azul, camiseta de McLaren, pantalón negro y una gorra firmada por su ídolo. Miguel viene de Burgos y quiere quedarse sin voz animando a Fernando Alonso. Es uno de los restos de la marea azul que convirtió la afición por la Fórmula 1 en un fenómeno social en España. Solo sobreviven los mejores, los que están a las buenas y las malas, los que no preguntan ni piden, como los buenos amigos.
En cualquier caso hoy había una multitud esperando a Fernando en el pit lane para la firma de autógrafos. Y a Sainz, claro. Y a Vettel, Button, Hamilton… pero la F-1 en España sigue necesitando a Alonso. ¿Volverá? Pues depende, mucho, de esta carrera y las dos o tres próximas. “Tenemos algunas mejoras para esta carrera, la mayoría aerodinámicas. Veremos cómo va el fin de semana, pero es probable que seamos mucho más optimistas que hace un mes”, dice el asturiano.
Y es que las evoluciones aerodinámicas de esta cita deben unirse a otras en el propulsor Honda para Canadá. Y ahí ganar ese medio segundo que necesitan para estar delante. O algo más. A partir de entonces pueden incluso pensar en los podios o volver a la zona baja de la parrilla. En Rusia se vio que el asturiano rodó rápido con el máximo rendimiento del coche, algo que solo pueden tener algunas pocas vueltas por potencia y consumo del monoplaza. Pero también que el McLaren sigue siendo un coche peor que Mercedes, Ferrari, Red Bull, Toro Rosso y Williams y está al nivel de Force India o Haas. Necesitan ese medio segundo para llegar a luchar por ser el tercer coche detrás de alemanes e italianos.
Y eso esperan tener ya en Barcelona, Mónaco y Montreal. Pero si los equipos que están detrás como Renault aciertan con sus evoluciones de motor les superarán, Red Bull se irá lejos, Williams podría tener mejoras en su propulsor Mercedes… De lo que pase aquí depende mucho el futuro. Puerta grande o enfermería, dicen en los toros. San Isidro se celebra en Montmeló…