Bajo una larga tradición, los presidentes permiten a sus posibles sucesores leer informes de inteligencia antes de llegar a la Casa Blanca para ponerlos al tanto de las amenazas.
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Bajo una larga tradición, los presidentes permiten a sus posibles sucesores leer informes de inteligencia antes de llegar a la Casa Blanca para ponerlos al tanto de las amenazas.
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