Motores más accesibles, o garantía de suministro, como prefieran. Esa es una de las cuatro premisas básicas en la que se basará el nuevo reglamento de motores que entrará en vigor a partir de la próxima temporada, y la que menos gusta a Ron Dennis. El objetivo principal de esta regla es evitar que un equipo padezca una situación agobiante parecida a la que tuvo Red Bull a finales de 2015, cuando casi se vio empezando un nuevo año sin un motor para su coche.
Así, la FIA garantizará que toda escudería tenga un propulsor con el que competir, y si es necesario obligará a los motoristas a suministrar sus productos. «Cada fabricante tendrá que suministrar al menos a tres equipos si se lo pide la FIA», dictan las normas. Pues con Ron han picado en piedra. McLaren tiene un contrato de exclusividad con Honda y no lo romperán así como así. Bien claro se lo dijo a Horner en la reunión del Grupo de Estrategia, según recoge ‘Auto Motor und Sport’: «Nunca tendrás un motor de Honda».
Y no se queda ahí, va a más: «Demandaré a la FIA por la nueva regla». Queda patente el enfado del británico, que podrá hablar mal de la FIA, por ahora, pero no de su suministrador. Ni él, ni ningún equipo. La ‘Cláusula Red Bull’, llamada así por la disputa que tuvo con Renault el año pasado, impedirá críticas entre equipo y suministrador: «Se prohíbe cualquier acción denigrante y comentarios negativos que dañen la reputación, la buena voluntad, el nombre o la imagen de la otra parte». Dennis, y nadie más, tendrá que mirar por Honda.