Valiente o temerario. Esa es la cuestión. Sea como fuere, Lewis Hamilton tiene claro lo que es la Fórmula 1, lo que siempre ha sido y debe seguir siendo: un deporte peligroso. “Cuando estoy en el coche, sé que hay un peligro y estoy dispuesto a asumir ese riesgo, ha sido lo mismo desde que empecé con ocho años, algo que yo y todos los pilotos estamos dispuestos a tomar. Ves la F-1 cuando eres niño y piensas que están locos, que podrían morir en cualquier momento. Todos los que vienen conmigo y empiezan a ver F1 creen que esto es muy peligroso, es algo propio y ellos temen lo que haces, quita el riesgo y esa persona lo podría hacer, o intentarlo al menos”, declara. Y deja claro que cualquier manera de evitar ese riesgo quita valor a su trabajo.
Y también habló sobre el Halo de Red Bull. No le gusta. Parece evidente…“Si vas a hacer algo así, cierra los cockpits como un cazabombardero, no lo hagas a la mitad, una cosa u otra. La pantalla tiene una mala imagen, parece como el casco de un antidisturbios. Vas a tener un coche bonito, muy elegante y futurista, y le vas a colocar eso encima”.
Para acabar pone un ejemplo de cómo no hubiera funcionado: “El Halo, la estructura de fibra de carbono, fue obviamente buena, pero Alonso no habría sido capaz de salir del coche en el accidente de Melbourne”. Es decir que todavía no, ese es el veredicto de Hamilton: “Es algo que necesita ser trabajado, siempre y cuando no afecte a la visibilidad de los coches”. Lo dice el campeón.