Lleva dos años acabando el Mundial mirando con resignación al otro lado del box, viendo como es otro el que se lleva alegrías en forma de trofeos y el que se las da a Mercedes. Pero este año pinta diferente. Vaya por delante que quedan todavía 18 carreras y cualquier cosa puede pasar, pero, por ahora, nadie puede sacarle un pero al trío de actuaciones de Nico Rosberg. Tres de tres y 36 puntos de renta sobre Hamilton hacen pensar que este año sí es posible verle levantar su primer título.
Alguien que le conoce bien, Mika Hakkinen, también lo cree así. «Lo recuerdo andando con cuatro o cinco años y un pequeño casco en la mano diciendo ‘Adiós, voy a pilotar mi kart’. Cuando lo veo ahora, estoy muy orgulloso de él», recuerda en ‘Spox’ quien tuviera como manager a Keke, el padre de Nico, que dice sobre el alemán: «El talento siempre estuvo ahí, pero ahora tiene el objetivo claro en mente y dice con convicción: ‘¡Sí, quiero ser campeón del mundo!».
Curiosamente, Hakkinen y Rosberg comparten una coincidencia importante y puede que premonitoria. Ambos consiguieron su primera victoria cuando llevaban seis años en la Fórmula 1 (Mika en Luxemburgo 97, en su carrera 97, y Nico en China 2012, en su GP 111), y ese triunfo del finés le llevó a ganar su primer campeonato. «Probablemente no todo se explica por casualidad. En todo, pero sobre todo en la F1, se necesita tiempo antes de estar listo para ganar», asegura el expiloto de McLaren.
«Aunque tu propia cabeza diga que deseas ser campeón del mundo, eso no quiere decir que estés realmente listo para ello. Este paso no es así, se necesita toda tu convicción y cada fibra de tu cuerpo, y es más difícil de lo que la mayoría de la gente cree», declara Mika, que no duda en responder afirmativamente a la pregunta de si Rosberg está preparado para agarrar el mayor logro del automovilismo entre sus manos: «Mi respuesta es sí, él está listo para el título mundial». De momento, está en camino.