Quizá fuera la felicidad interior del milagro. Quizá… Lo cierto es que Fernando Alonso parecía y aparecía ileso después de un accidente terrible en Albert Park, vueltas en el aire, ojos cerrados, choque contra el muro, fuerzas G impactantes… una lucha contra la lógica que establecía un final diferente. Pero… ahí estaba Alonso, casi como si nada. Y ese casi, ese efecto de la magia o la tecnología se diluía unos días después cuando comenzaron los dolores, la dificultad para respirar, los problemas para dormir.
A la llegada a España, exámenes médicos, un neumotorax, dos costillas rotas, reposo, pruebas y más pruebas para llegar a Bahrain, intentar correr, que no le dejaran (claro…) y finalmente volver a la pista en China.
Han sido muchos días y mucha recuperación para ahora, 34 días después de aquel increíble accidente el asturiano anuncie que ya, ahora sí de verdad, está al cien por cien y con las costillas soldadas.
«Recuperación completada», dice en su Instagram mientras corre en una cinta de un gimnasio. Ya está. Ya pasó todo. Ahora, a volar…