SAN FRANCISCO DE MACORIS.– El Consejo Regional de Desarrollo (CRD), pidió a la JCE aprovechar el presente proceso electoral, para lograr un gran pacto entre los candidatos presidenciales y los diferentes partidos políticos, pro la consolidación del desarrollo y la paz, así como, de la transparencia que deben regirse los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Asimismo, el organismo de desarrollo quien tiene en sus principales ejecutivos a Monseñor Jesús María Moya de Jesús, a la magistrada Guillermina Marizàn Santana y a los empresarios José Aníbal García y Williams de Jesús, sugiere, que como una muestra fehaciente de la madurez alcanzada por nuestros liderazgos políticos, que el pacto recoja un estricto respeto a la institucionalidad y convivencia electoral.
Indica, que la transparencia y respecto electoral, es vital para que el país pueda mejorar la calidad del sistema político, además, para promover un desarrollo que garantice el crecimiento económico, la seguridad ciudadana y una efectiva cohesión social.
El CRD, manifiesta, que al ser los partidos políticos garantes de la democracia, responsables de la paz social y la gobernabilidad, es esencial, que ellos y sus estructuras dirigenciales, cumplan en su mayor plenitud, los retos que les impone la sociedad dominicana, para el establecimiento de entornos sociales, que faciliten propulsar con eficiencia el desarrollo socioeconómico y el sociopolítico.
Resalta, que en los últimos 50 años nuestra democracia ha superado muchas pruebas, y el efecto, el liderazgo político actual, le corresponde promover una campaña electoral basada en principios democráticos, el orden y el respeto mutuo, sobre todo, por ser los partidos los garantes de la formación cívica que debemos dotarnos, para asumir los retos que nos impone la sociedad mundial.
Finalmente el CRD, hizo un llamado a los candidatos y sus partidos, para que su propuestas programáticas sean aireadas, haciendo que sus debates y propuestas respondan a las necesidades y expectativas de los electores, al efecto, actuar en un marco de respeto a la dignidad humana, excluyendo las diatribas y las difamaciones, que solo sirven para ser fuentes de violencias verbales y físicas.