Si echamos la vista atrás hacia el año pasado, cuando McLaren no salía del infierno, el llegar a la Q2 y quedarse a la puertas de la Q3 ya se podía considerar todo un logro. Pero, por fortuna, el panorama ha cambiado. Y lo ha hecho tanto que lo que entonces provocaba atisbos de sonrisas hoy no deja otra cosa que rabia. Decepción y frustración por esa bandera roja que les ha apartado de los diez primeros, un escalón al que Alonso y Button podían haber llegado sin problemas.
Ese inconformismo es una gran señal, un halo de luz, para Eric Boullier, el jefe del equipo de Woking que comienza a resucitar. «Es un testimonio revelador de nuestro avance inexorable y esperanzador que nos encontremos decepcionados por no haber pasado a la Q3. Por el percance de Hulkenberg, sino Fernando y Jenson habrían estado dentro del Top 10 cómodamente», afirmaba sin dudar el francés tras la calificación en el comunicado de su equipo.
En los entrenamientos ya se pudo comprobar una mejoría evidente del MP4-31 que se ha confirmado hoy aunque no se haya traducido en dos puestos en el Top 10. Un hecho que hace crecer el optimismo en la formación británica: «Siempre tenemos cuidado con no prometer de más, pero es innegable que somos un equipo con mucho movimiento. Trabajando duro, junto con Honda, estamos llegando y, lo que es más, estamos disfrutando el viaje». Disfrutar con un McLaren, ya era hora.