Roger Federer se sinceró en una entrevista para el Corriere della Sera antes del inicio del Masters 1.000 de Montecarlo (9-17 de abril), donde volverá a la competición después de la lesión después de caer en semifinales del Abierto de Australia, mientras bañaba a sus hijas. El suizo tenía previsto volver en Miami, pero una gastroenteritis se lo impidió y regresará a las pistas en la arcilla monegasca.
Preguntado sobre otras leyendas en activo del deporte como Francesco Totti o Valentino Rossi y sí deberían estar protegidos como los osos panda, Federer agradeció el halago. «La broma es buena y en parte, es verdad porque, en cierta manera, pertenecemos a otra especie. Francesco, Valentino y yo encarnamos nuestros deportes. Nadie ha hecho lo que ellos por el fútbol y por el motociclismo. Son ejemplos, iconos, historia contemporánea. Nadie nos puede decir cuándo parar, es una decisión íntima y personal». Federer además piensa que todavía no se imagina la retirada de los dos grandes deportistas italianos. «¿Que Totti quiere continuar? Está en su derecho, y yo le apoyo en lo que haga. Conmigo siempre ha tenido una amabilidad exquisita. Este año, si voy a Roma, le pediré que me lleve a algún restaurante. A Rossi no le he visto en un tiempo, pero estoy convencido que el final triste de la temporada pasada le ha dado una nueva motivación. Incluso aunque le llamen veterano».
Este 2016 es un año intenso y muy especial para Federer, ya que el tenista de Basilea afronta con mucha ilusión algunos torneos de esta temporada. «Esta es mi decimoctava temporada como profesional. Me puedo permitir jugar menos pero hacerlo mejor. París, Wimbledon, los Juegos Olímpicos… Es un año intenso y quiero disfrutarlo. El tenis no dura para toda la vida. Ya tendré tiempo de descansar y de pasar todo el tiempo del mundo con mis hijos».
El tenista suizo también tuvo que afrontar preguntas sobre su posible retirada: «Me gusta ser organizado, pero no exageremos. No todo lo que me rodea esta decidido. Después de dejar el tenis pienso qué voy a hacer, pero no es una obsesión. Cuando me despierte y vea que no tenga la motivación necesaria, será un buen día para decir basta. Tengo la suerte de poder elegir cuándo».
Federer también habló sobre cuál podría ser su futuro cuando deje la raqueta. «Entrenador, comentarista, columnista, no descarto nada. Compatibilizar el tenis con la familia, ya que seguirá siendo mi mundo».
El tenista de Basilea también trató la actualidad del tenis, y más en concreto, dos escándalos que han sacudido la imagen del deporte de la raqueta: el escándalo de los amaños de partidos y el positivo por meldonium de María Sharapova. «No me gusta hablar de ello, pero en los últimos dos meses, el tenis no ha gozado de buena publicidad. ¿Qué puedo decir? Nunca me han contactado para amañar para amañar partidos y muchos colegas me han dicho que nunca lo han hecho. Fue una historia con mucho humo y poca sustancia, y terminó en nada. De Sharapova, pensaba que iba a anunciar su retirada, no un positivo. Pero su historia demuestra que los grandes nombres no están protegidos. Nadie lo está. Pienso que las muestras de sangre deberían protegerse durante diez años y aquel que vuelva a hacer trampas, debería ser castigado de manera retroactiva».