Harto de las críticas. Cansado de que se empeñen en decir una y otra vez que su estilo de vida le afecta al subirse a su Mercedes. Cuando te sales fuera de la norma te expones a cosas así, pero Hamilton ha demostrado con creces que no se puede dudar de su talento ni de su trabajo, sus tres títulos le avalan. Una cosecha envidiable que no le ha caído llovida del cielo: «No soy tricampeón del mundo gracias a la suerte o sin motivo, puedo mostrar mi número de victorias…».
43 triunfos ni más ni menos, sólo hay dos pilotos en toda la historia (Schumacher y Prost) con más que él. Un éxito indudable que el británico ha logrado gracias a un método que no duda en defender. «Cada uno tiene su forma de trabajar. Un ejemplo, me senté con mi ingeniero para hablar de la salida, me pasó unos documentos y le dije que ya los había leído. Él se sorprendió y le respondí: ‘El hecho de que no los haya leído delante de tus ojos, no quiere decir que no haga mi tarea».
«Me preparo en casa o en el vuelo. No me gusta procesar todo un libro o un archivo entero en una sola pieza. Quizá abra un mail por día para estudiarlo intensamente. Así es mi forma de trabajar», cuenta Lewis en una entrevista concedida a ‘Auto Motor und Sport’. Que habitualmente muestre instantáneas de sus viajes y eventos por el mundo a través de sus redes sociales, no significa que no haga lo que tenga que hacer y se prepare para los grandes premios como piloto profesional que es.
Y es que no todo es sentarse delante de un volante y afrontar cada curva lo mejor posible, lo que está al alcance de muy pocos, sino también analizar y conocer bien tu coche. «Me gustaría que la gente viera más la parte técnica. Es una gran sensación cuando estoy sentado con esos ingenieros superinteligentes y puedo aportar mi visión práctica para transformar todas sus grandes ideas en algo que pueda usar en la pista», concluye un Hamilton orgulloso de su método. No es para menos…