Por Leonardo Sanhez
“Si yo digo que los gatos, tú dices pintura fresca”…-Leonardo Fabio
Si unos dicen que debata, otros dicen que es descredito, por no atreverse a discutir en público los descuidos y las constantes omisiones del gobierno.
Y todo porque al gobierno y su candidato no quieren discutir los temas que la sociedad no comprometida quiere que se discutan para concordar en soluciones tangibles y no mediáticas. Sin más diálogos, concertaciones y seminarios para dormir a los tontos.
La conexión brasilera causa un escozor caustico.
No se puede mencionar Odebrecht sin convertirse en un recalcitrante.
Tampoco se puede hablar de Joao, el asesor gubernamental, cuyo nombre es como llamar al innombrable y verlo venir.
Y mencionar las plantas a carbón, contaminantes y con su tecnología calorífica de combustible en obsolescencia desde antes de terminar de construirse, es una herejía.
Tampoco se puede decir que dejaron morir a Claudio por irresponsabilidad del estado que no ejerce los controles que está obligado a incoar sobre los entes del Sistema Nacional de Salud que hacen su voluntad económica en contra de la población que paga y calla para recibir lo mínimo asegurado.
Y que es demagogia de la Ministra de Salud cuando expresa que se investiga el caso y que no se van a aceptar esas acciones, pero no toma la iniciativa de sancionar a los infractores reconocidos porque no se atreven por compromisos económicos y políticos conocidos y también agachados.
Es el gobierno de las advertencias, sin sancionar a los infractores de cualquier tipo y, en el caso de los llamados “rebotes” de pacientes el vocero del presiente “advierte y rechaza” pero no actúa para corregir porque para el grupo gobernante todo se circunscribe a hechos políticos.
Usándolos a raudales, no se puede decir que el partido y sus candidatos están usando los recursos del estado en la campaña de la reelección.
No se puede hablar de la indolencia y dejadez ante todos los viejos problemas sociales que no se cansan de prometer las soluciones para no- viembre porque si-viembre nunca llega.
No se quieren discutir las intromisiones del señora embajador estadounidense en asuntos privativos de la soberanía nacional porque no se atreven tampoco a exigirle que se ajuste a nuestras leyes porque él (ella) no está en Texas o Wyoming.
Entre otros, estos son temas con los que la sociedad está diciendo Ding, mientras en gobierno resbaloso, dice Dong.
Ding, dong, ding, dong, y todo se queda igual; ding seguimos pagando impuestos, dong se siguen repartiendo y robando.
Ding, la ley municipal electoral prohíbe los letreros y pancartas en el Distrito Nacional; Dong el alcalde y demás candidatos, incluyendo al presidente, están llenando las calles de letreros y pancartas, algunos tan grandes que obstaculizan la visión de los conductores.
Ding, dong, ding, dong, y todo se queda así; si fuera la oposición el ayuntamiento anduviera recogiendo los letreros y pancartas.
Por abusos como ese no se quiere debatir.
Ding, dong, ding, dong, y todo se queda así.
Por abusos como ese no se quiere debatir.
Ding, dong, ding, dong, y todo se queda así.
Dong, ding, dong, ding, algún día ahorcan “blancos” para que nada se quede así.
Dong, ding, dong, ding, el abuso de poder viene del pragmatismo cuando asoma la dictadura.
Dong, ding, dong, ding, los ineptos municipales, buscando un voto de pena lo pueden conseguir de castigo.
Dong, ding, dong, ding, que la lleva en el camino de la luz se ha convertido en el portador de la luz, el Lucifer que ha denigrado el honor del país porque no lo conoce ni le importa mientras siga “subido en el palo”.
Por abusos como ese no se quiere debatir.
Ding, dong, ding, dong, y todo se queda así.