¿Quién podría imaginarlo?

 

Por Luís Céspedes Peña

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La visita a Cuba del Presidente de la nación más poderosa del mundo, como lo es Estados Unidos, el valiente Barack Obama, deja establecido un claro mensaje de que el diálogo sincero es la mejor arma para combatir los problemas, no las guerras bélicas.

Es probable que los políticos radicales tradicionales norteamericanos no comprendan la magnitud de la visita del Presidente Obama a una nación, como Cuba, que mantuvo un antagonismo que la mayoría de los latinoamericanos se preguntan ¿cómo una isla pequeña era capaz de enfrentar a ese monstruo de gobierno?

Pero como los tiempos siguen cambiando, no hay forma de que las guerras sustituyan al diálogo. Sin importar cuáles sean los resultados de la visita del Presidente Obama a Cuba, tenemos el deber de felicitar a ese gobernante, y a Raúl Castro, el mandatario cubano, por comprender que el mundo ya no quiere continuar como protagonista del belicismo o las tontas contradicciones de líderes civilizados.

A partir de este momento, Estados Unidos es otro para los que creemos en la democracia. ¡Gracias, señores Presidentes!

Quizás o sin ésta, no se puede decir lo mismo de un grupo de dirigentes del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), los cuales mantienen una tremenda campaña de oposición al Presidente-candidato Danilo Medina, a quien tildan de no tener capacidad para resolver los problemas de la nación, pero están cobrando sueldos en el gobierno que llegan hasta  los 415 mil pesos mensuales.

Pero debemos decir que ellos no merecen ser criticados, sino el Presidente Medina. ¿Por qué? Porque les está dando la razón a millares de peledeístas que se quejan de que el gobierno no los toma en cuenta.

Los señores y señoras que fueron identificados por Humberto Salazar, un balaguerista en el gobierno, que están cobrando lujosos sueldos en el Estado, para criticar sus propias  ejecutorias, tienen todo el derecho de ser opositores, pero jamás el pueblo debe pagarles para que hagan oposición a las políticas oficiales.

Lo correcto es que todos ellos renuncien de los cargos que ocupan y luego se dediquen a hacer campaña política de oposición.

Tienen todo el derecho de decir que el gobierno fracasó, que sus políticas no responden a la verdad y que es el peor régimen que produjo el país, pero no para recibir millones de pesos mensuales como si nada ocurra.

Lo cierto es que el Presidente-candidato Danilo Medina, postulado por los dos principales partidos políticos del país, como son el PLD, PRD y otras instituciones del género, mantiene una popularidad que difícilmente baje los puntos necesarios para perder las elecciones.

¡Y menos con ese tipo de acción política de la falsa oposición! El presidente del PRSC, Federico Antún Batlle, debe sentirse avergonzado por esa inmoral acción. ¿Podrá hablar de moralidad el que comete ese tipo de hecho? Pensamos que no. Es esa la razón por la cual millones de dominicanos están repudiando a muchos políticos.

Hace más cuatro meses escribí que si el candidato de los Partidos Revolucionario Moderno (PRM) y la facción del PRSC que dirige Antún Batlle, no igualaba, por lo menos, al Presidente Medina en popularidad antes de los tres meses de las elecciones, Luís Abinader ya no tendría posibilidad de ganar los comicios presidenciales.

Hoy, no hay una sola encuesta que desde que Abinader le ganó la convención al ex Presidente Hipólito Mejía, lo coloque por encima de Medina. Erróneamente, Abinader dice que Medina no pasa del 40 por ciento de la intención del lectorado. Eso es admitir que el presidente Medina está por encima de sus propias posibilidades.

¿Y por qué?, Porque si Abinader dijera que Medina no pasa del 40 por ciento, pero las posibilidades suyas están por encima de esa cifra, entonces habría esperanza de triunfo.

Eso no quiere decir que las posibilidades de triunfar de muchos candidatos a Alcaldías, diputaciones, senadorías y concejales sean las mismas del Presidente Medina.

Hay Municipios, como es el caso de la Provincia Santiago, que los números favorecen a Danilo Medina, pero no ocurre lo mismo con otros aspirantes a cargos electivos. Las contradicciones que hay tanto en el PLD como en el PRM, para cargos municipales, ponen a pensar que hasta el día que se cuenten los votos, nadie sabe quiénes serán los ganadores.

-Gracias por leernos.