Jesucristo y la transformación de la humanidad

«In memoriam a Don Julio de Jesús Cabrera Ovalle, quien un una conversación en su casa me dijo: «Jesús nos enseñó que vida es un tránsito hacia la muerte, la cual es un paso obligatorio para llegar hasta Dios, soy un hombre de fe y creo en la vida eterna.»

william salvador

Dr. Willians De Jesús Salvador

El cristianismo constituye el fenómeno espiritual, religioso, cultural y social más relevante de la Historia de la Humanidad. Su aparición marca un antes y un después, e implica un cambio en el devenir humano verdaderamente extraordinario.

El cristianismo como doctrina siempre ha asumido el compromiso con los desheredados de la fortuna y le ha enseñado al resto de la humanidad el sendero de llegar hasta el padre con una práctica fundamentada en dones espirituales, éticos y la dedicación al bien común como  dogma existencial.

He leído las reflexiones teológicas contemporáneas de Óscar Cullmann, uno de los más importantes teólogos del protestantismo actual, considerado por los católicos, protestantes y judíos sin distinción como el mejor exegeta tal vez, que hay hoy del Nuevo Testamento, quien  analiza la relación que existió entre el Jesús histórico y los revolucionarios de su tiempo.

El alma mater del cristianismo, está recogida en el Nuevo Testamento, la lectura de los evangelios resulta fundamental, para poder comprender las dimensiones extraordinarias del hombre más grande del mundo, en toda la existencia de la humanidad. Jesucristo, quien recibió varias designaciones en su efímero pero intenso paso por la tierra, como fueron: Jesús de Nazaret, la Palabra, El Mesías, el Hijo de Dios, el Primogénito hijo de Dios, el Rey de los Judíos, Príncipe de Paz, entre otros.

Históricamente, logros como la desaparición de la esclavitud, la creación de la universidad, la revolución científica, el surgimiento del capitalismo y el marxismo como antítesis, la filosofía  idealista y la filosofía materialista, la discusión entre la creación y la evolución, siendo pulverizada esta última teoría pagana,  la doctrina de los derechos humanos o la aparición de la democracia moderna, por citar solo algunos, son impensables sin referencia al cristianismo, y la prueba es su ausencia en otros ámbitos culturales.

En esta semana se conmemora en todo el mundo cristiano, la memorable fecha de la muerte de nuestro Sr. Jesucristo, de esto hace 1983 años, refieren los historiadores de la época, además que está recogida con detalles y precisiones impresionantes en los evangelios canónicos, Mateo, Marcos, Lucas y Juan, que en la Pascua Judía del año 33  E C. de nuestra era, Poncio Pilato, el procurador romano de Judea, tuvo que conocer la causa de un judío de excepción, llamado Jesús de Nazaret.

Los sacerdotes Judíos, lo entregaron para ser juzgado por el alegato de que este pretendía ser rey de los judíos, por lo que constituía una competencia para el Cesar, esto era inadmisible para ellos, que además el reo se presentaba como el mesías, el ungido de Yahvé (Jehová)  y más bien estaba enmarcado su accionar con las visiones como la del Siervo.
Jesús, en su ministerio que empezó a los veintinueve años de edad; realizó una obra intensa, curo los enfermos, resucitando muertos, a la vez que esparcía un nuevo mensaje sobre la tierra, que no tenía nada que ver con deseos personales de ser  rey,  ni cosa por el estilo, no le interesaban las glorias terrenales  e incluso enfrentó  públicamente a Fariseos; Saduceos y Herodianos, a los sectores populares había enfrentado al negarse a ser proclamado Rey de los Judíos. Pilato, no encontró nada grave en su contra, porque él había proclamado que su reino no era de este mundo, por lo que no significaba un peligro para el Cesar, muy a pesar de las injustas imputaciones en su contra, Poncio Pilato, no quería desagradar a sus acusadores y lo condenó a  la fijación  en el madero, es decir a la más terrible de las muertes, porque el juez tenía la posibilidad de condenarlo a la flagelación.

Las autoridades eclesiásticas insistían ante el gobernador Pilato, que Jesús debía ser condenado, este tenía la costumbre en la pascua judía de fiesta en fiesta de poner en libertad a uno de los presos, era el pueblo que tenia la potestad de pedir al que desearan libertar.
Los sacerdotes y ancianos, sedujeron a la masa para que pidieran la libertad de Barrabas que era un ladrón, y condenaran a Jesús. El pueblo en consecuencia pidió la liberación del ladrón y la condena de Jesús, los guardias, se burlaron cruelmente de él y consumaron  la injusticia más grande de la historia, el acto criminal contra el hombre más extraordinario y más grande de todos los tiempos, Jesucristo, cuyo apostolado era fundamentado en el amor y bien común.
Hoy hace falta fortalecer  y difundir la fe cristiana, es indiscutible que la Iglesia Católica ha dado un salto cualitativo con el papa Francisco, porque tal y como dijo su predecesor el papa Benedicto XVI en su último Angelus, manifestó que » la barca de la iglesia hacía agua».

Entonces surge la  necesidad de atender a las crisis interna de la iglesia católica  que fuerzas externas e interiores aprovechando el cambio generacional intentaban reducirla a un conglomera en amenaza de extinción, aprovechando una campaña global contra sacerdotes de conductas reprochables, esa era la excepción no el universo.  Indiscutiblemente esta sacudida hizo que la jerarquía católica hiciera un aterrizaje forzado sobre las realidades teocráticas y el mundo contemporáneo,  ya que la dialéctica demandaba una iglesia para los nuevos tiempos, entonces sale humo blanco anunciando un nuevo pastor de alma, un nuevo líder visionario, el papa Francisco.  Se abre una nueva perspectiva entre la iglesia y los feligreses, desaparece la distancia y la iglesia derrumba sus paredes, rompe sus secretos del Vaticano, reforma su gabinete, su banco, y se interna en el corazón de las sociedades por remotas que se encuentren, el nuevo vicario de Cristo llega directamente viajando todos los continentes o por internet, Twitter, Facebook , radio, televisión o literaturas escrita, además hace contacto con  todas las confesiones cristianas, Francisco el papa del siglo XXI, es un papa asequible, humano, humilde y sensato, habla el mismo lenguaje de Jesucristo.
Jesucristo resucita todos los días en millones y millones de hombres y mujeres a cada instante, permita  que resucite en usted, así damos sentido a su sacrificio hacen hoy 1983 años, Jesús revolucionó a la humanidad con su ministerio fundamentado en el amor al prójimo y el bien común.