SAO PAULO, Brasil.- Tras casi cuatro horas de interrogatorio, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva salió de la comisaria donde fue llevado y calificó como un “espectáculo” la operación realizada este viernes en su contra.
“Si el juez (Sergio) Moro (responsable por el caso de corrupción en la estatal Petrobras) o la Fiscalía querían escucharme, tan sólo necesitaban mandarme un oficio porque yo nunca me negué a prestar declaraciones”, dijo.
Además de conducir al ex jefe de Estado a una comisaría para prestar declaración, la Policía Federal allanó varias residencias del exmandatario, incluyendo el Instituto Lula, de sus familiares y de algunos allegados, en el marco de la investigación por el gigantesco escándalo de corrupción en Petrobras.
Amparados en una orden que obligaba a Silva a responder una serie de preguntas, el ex presidente fue conducido a la sede de la policía federal en el aeropuerto paulista de Congonhas.
El portavoz del Instituto Lula, Jose Chrispiniano, dijo que Silva declaró durante casi cuatro horas, pero no estaba claro si posteriormente el ex gobernante abordó un vehículo negro que aparentemente salió de las instalaciones aeroportuarias.
“Nadie está exento de ser investigado en este país”, dijo el fiscal Carlos Fernando dos Santos Lima. “Cualquiera en Brasil está sujeto a investigación cuando existen indicios de un crimen”.
Lima, policías y agentes de impuestos dijeron que están investigando ingresos por 30 millones de reales (8,12 millones de dólares) en pagos por discursos y donaciones realizadas al Instituto Lula por empresas de construcción que son actores clave en el caso de corrupción de Petrobras.