Por Luís Céspedes Peña
Podría considerarse como un atrevimiento, pero la postura de parte de la estrategia del alcalde-candidato Gilberto Serulle, para que el Presidente de la República, Danilo Medina, quien busca su reelección, para que suspenda la marcha-caravana pautada para este sábado por diferentes barrios de Santiago, es razonable, en virtud de que el grupo alega que el acto político sería una parcialidad hacia Abel Martínez, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), cuando el actual incumbente de la Alcaldía también le suma votos al jefe de Estado.
El problema es que ambos candidatos a la Alcaldía de Santiago, pertenecen a la alianza PLD-Partido Revolucionario Dominicano (PRD), aunque independientes en este Municipio.
De acuerdo al pensamiento de ese grupo de estrategas del alcalde Serulle, que pensamos sigue divorciado de la realidad, especialmente en el manejo de la comunicación periodística, el hecho de que Medina se pasee con Abel Martínez por un conjunto de barrios le va a sumar muchos votos al aspirante municipal, pero le va a restar sufragios al Presidente-candidato, porque una gran mayoría de los militantes Serullistas, por no decir casi todos, no votaría por el gobernante, disgustados con esa postura.
Lo que ese grupo de la estrategia de Serulle considera lógico es que el Presidente Medina sea el líder de los dos candidatos a la Alcaldía de Santiago, para que tanto el actual alcalde, como Abel Martínez, acompañen al candidato presidencial en las caravanas u otros actos en este Municipio.
Esta idea, a pocas horas de la marcha-caravana del sábado, luce descabellada para el sector de Abel Martínez, pero la realidad es que el Presidente-candidato no debe permitir que los intereses particulares afecten su proyecto presidencial. Se podría alegar que Serulle es un candidato del PRD para las elecciones municipales, pero para Danilo en los comicios nacionales. ¡Eso es lo que se llama un lío de 100 grados!
O que mediante un acuerdo, Medina acompañe a Seulle en otra actividad. Siempre pensamos que el fallecido ex Presidente de la República, Jacobo Majluta, tenía mucha razón cuando decía que en la República Dominicana lo único que importaba era la Presidencia, porque desde ahí salían los decretos y las disposiciones administrativas nombrando funcionarios, como secretarios de Estado, secretarios de Estado sin Cartera, asesores, inspectores, ayudantes civiles u otros cargos.
Santiago es una provincia muy particular en materia política, debido a su conformación social, donde la mayoría de pobres vive como los ricos, quizás sin una casita, viviendo en una alquilada, pero con un carro o una motocicleta, dos televisores, Internet, un buen juego de aposento y jugando diariamente a las diferentes loterías.
Pensamos que el Presidente-candidato Danilo Medina debe estudiar este caso, porque con esa idea de que si él sale a promocionar a Abel Martínez es una parcialización en perjuicio de Serulle, que también tiene muchos votos para aportarlos a favor de su victoria presidencial de la alianza PLD-PRD, la mayoría de ellos, que son nuevos para el gobernante, introduce un fenómeno negativo.
Sería un evento espectacular observar afiches con Danilo y Abel. Otros con Danilo y Serulle. O el Presidente al centro, Abel Martínez en un lado y Serulle en el otro. En este caso, el líder de los dos candidatos es el Presidente Medina, porque los votos nacionales de ambos aspirantes a la Alcaldía de Santiago, serían para el gobernante.
Eso podría evitarse si Medina, el líder del PLD, el ex jefe de Estado, Leonel Fernández, y Miguel Vargas Maldonado, quien preside al PRD, les buscan una salida negociada a esa crisis. ¡Eso sería lo ideal! Y, con una buena “estrategia”, eso se podría lograr.
Como ya lo escribí en otro artículo, el crecimiento del alcalde municipal, que es una realidad, debilitando a Abel Martínez, crea otro peligro, que es la posibilidad de que el hábil político del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), José Enrique Sued, con el apoyo que tiene en la sociedad de Santiago, se “filtre” y se quede con la Alcaldía Municipal.
Gracias por leernos.