BRASILIA. Cientos de comparsas volvieron a tomar hoy las calles de todo Brasil en un Carnaval anticipado y algunas le dieron un acentuado tono político a la fiesta, que aprovecharon para protestar contra el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.
Los “blocos”, como se conoce a las bandas que animan la juerga en las calles, se multiplicaron en un sábado soleado en casi todo el país para anticipar la gran parranda a la que se entregará Brasil desde el próximo viernes, cuando se inaugurará el Carnaval de Río de Janeiro.
Tanto en esa ciudad como en Sao Paulo, Salvador, Recife y decenas de localidades de Brasil, las comparsas circularon con el desenfreno y algunos excesos etílicos propios del Carnaval brasileño, aunque también hubo otras bastante más “inocentes” y volcadas a los niños.
Algunas bandas no olvidaron el delicado momento que atraviesa el país y mezclaron con humor la samba y la protesta, como hizo la paulista “Unidos por la Lava Jato”, en alusión al nombre con que se conoce la investigación de las corruptelas en la estatal Petrobras.
El “bloco” del malestar político fue fundado por miembros del Movimiento Vem Pra Rua (Ven a la Calle), que organizó el año pasado varias multitudinarias protestas contra Rousseff y que ahora prepara otra de dimensiones nacionales para el próximo 13 de marzo.
Las decenas de personas que se sumaron a su desfile en Sao Paulo corearon tradicionales marchas de Carnaval, pero con las letras adaptadas a la protesta contra la mandataria y contra su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva, quien está investigado por supuesto lavado de dinero y ocultación de patrimonio.
Muchos de los integrantes del “bloco” de protesta usaron máscaras similares al rostro de Lula e iban vestidos con trajes a rayas de presidiarios, mientras otros mostraban muñecos con la imagen de Rousseff, pero con una larguísima nariz similar a la “Pinocho”.
Otros escogieron disfraces de agentes de la Policía Federal, que fue aclamada en varias de las sambas cantadas por los manifestantes por su papel en las investigaciones de la corrupción petrolera.
En ese “carnaval-manifestación”, también se expresó apoyo a un posible juicio con miras a la destitución de Rousseff, que tramita en el Congreso y será retomado a partir de la semana próxima, cuando concluirá el receso parlamentario de verano.
Río de Janeiro
En Río de Janeiro, una ciudad tradicionalmente más identificada con la playa y el Carnaval que con la política, hubo juergas de todo tipo y para todos los gustos, pero sin la carga de protesta que fue más evidente en Sao Paulo, un fuerte reducto opositor a Rousseff.
La banda “Simpatía es casi Amor”, que anima el Carnaval carioca desde hace 31 años, volvió a circular hoy por la playa de Ipanema al ritmo de una irreverente samba y fue seguida por una enorme multitud calculada en unas 70.000 personas.
También hubo “blocos” dedicados a los niños, como la banda Sá Pereira Infantil, que juntó cientos de “bajitos” que, más allá de si ya sabían hablar o no, bailaron canciones entonadas por decenas de payasos que lanzaban serpentinas al aire bajo un sol abrasador.
La jornada carnavalesca tuvo una nota trágica en Río de Janeiro, donde poco después que concluyó el desfile de una comparsa ocurrió un incidente aún no esclarecido por la Policía, en el que hubo disparos y un hombre resultó muerto y otros tres heridos.
La fiesta en las calles continuará durante los próximos días y se solapará con el Carnaval que se celebra en el emblemático Sambódromo carioca a partir del 5 de febrero, donde durante dos días desfilaran las imponentes carrozas de las escuelas de samba, en la versión más “profesionalizada” de la fiesta más popular del país.