Por Leonardo Sánchez
No les afecta nada, ni el frío ni el calor, porque su piel los protege contra todo meteoro que trate de hacer blanco en su anatomía privilegiada. Cornucopia de promesas. Pantano de incumplimientos.
Igual, son los funcionarios del gobierno que, a su vez, son miembros del partido fundamentalista que a todo le encuentra una explicación pragmática, aunque ésta sea trespatinesca o cantiflesca, sin dar respuesta eficiente a los problemas de la sociedad.
Solo han venido haciendo el ejercicio de gasto presupuestario más grande de la historia dominicana, despilfarrando recursos para sacar su tajada, y empeorando, en lugar de resolver, los temas que siempre prometen resolver como andan haciendo campañas como ahora mismo hacen, gastando dinero publico como si fuera suyo.
Que hay serios problemas en la justicia dominicana es algo más que evidente, según los resultados de múltiples casos que se han intentado juzgar. Y los funcionarios del ministerio público y de la judicatura, se destapan con declaraciones rocambolescas que carecen de contenido real y solo para llenar espacios mediáticos.
Para llamar la atención y que la sociedad no pueda olvidar el dinero perdido, pagando unos salarios que no son capaces de honrar con trabajo honesto y con soluciones reales y duraderas.
Una justicia que ahora se busca afectar en instancias menores, señalando “chivitos expiatorios”, sin mirar las influencias corruptoras de algunos bufetes que son los “directores” de los procesos judiciales importantes; como tampoco se quiere ver el peso que los “preferitis” ejercen en la balanza de la ciega que ahora se busca desacreditar y encarcelar en “los de abajo”.
Esa justicia ciega que, en sus alturas, está dirigida por cuadros politizados y ex funcionarios que ahora se escurren de la opinión pública, escondiendo su propia vergüenza lejos de los medios que no han sido comprados.
Ese monstruo bicéfalo que se debate a dentelladas atacando a “los jueces” desde la cabeza del ministerio público, mientras los colmillos de una alta instancia cortesana busca destrozar a los fiscales.
Unas veces, perogrullando deliberadamente, otras al estilo de “Lucas” y el “licenciado” de El Chavo del Ocho, declarando idioteces también deliberadas. Todo, menos enfocar el verdadero problema; la corrupción y partidarismo en la selección de los jueces y las cortes que deben buscar a cualquier costo, garantizar la impunidad de los recaudadores del partido y de algunas de sus figuras más conspicuas y globales de la nación.
Que hay serias violaciones a la ley de Medio Ambiente, con la construcción de una carretera por las cumbres de una cordillera que viene siendo también depredada para extracción de agregados, que ahora parece resultar que es “privada”, y las declaraciones que han dado los “presuntos implicados”, les ganan a Cantinflas y a Tres Patines juntos, dos genios de los juegos de palabras que diciendo algo, buscaban decir otra cosa con toda la intención.
Y aún no se precisa, en este caso, quién es el responsable por lo que algunos llaman “un crimen ecológico”, hecho que hace recordar la destrucción voluntaria de una residencia de montaña de un distinguido empresario ya fallecido, en medio de aviesos comentarios y cuando aún no existía la Ley de Medio Ambiente y éste no había construido ninguna carretera hacia su posesión cerca de la Reserva de Ébano Verde que él mismo patrocinaba.
Así como en la justicia y el medio ambiente, cotidianamente ocurren despropósitos en todos los ámbitos públicos, y nuestros paquidermos prefieren jugar a la comedia simplona en lugar de enfrentar las situaciones con el mismo ímpetu y dedicacion con que depredan el presupuesto nacional.
Todo va mal para la gente común, pero para los funcionarios que pagan esos ciudadanos con sus impuestos todo está fantástico, y con el crecimiento económico y la seguridad reflejándose solo en sus finanzas personales.
Su sensibilidad social, afectada marcadamente por el grueso de su piel política, no alcanzan a percibir las necesidades reales de la población y se mantienen haciendo promesas para la gente que ya no es, porque el pueblo ha cambiado y requiere otras cosas diferentes a “muñecas y bicicletas”, “cajanastas” y funditas, aunque todavía algunos carabaneen por un “pote” y un “picapollo”.
Y ahora, una vez más, al acercarse un nuevo proceso electoral, su sensibilidad, que se han mantenido embotada por largos años, se activa para salir a hacer “cara a caras”, a untarse del sudor popular en los abrazos, conteniendo la respiración, y a prometer “villas y castillos”, cuando las villas y los castillos, en la práctica, se han construido para ellos en lugares donde la gente no puede ir a reciprocar los abrazos.
Pareceria que ha llegado la hora de abrir una temporada de caza de paquidermos; que las urnas sean las armas a cargar para cazar a los farsantes, mentirosas y simuladores que no han tienido sensibilidad hacia los problemas de la sociedd que, a pesar del gasto inusitado, continuan sin resolver y empeorando cada día.