SANTIAGO.-Los escándalos de corrupción que afectan la administración de justicia en el país, ha generado una crisis profunda que pone “en tela de juicio” las actuaciones del Poder Judicial, que lo que resulta peligroso porque atenta contra las garantías jurídicas para la inversión.
Los inversionistas se establecen en un determinado país confiado en que sus iniciativas económicas tienen el respaldo y las garantías e protección de un sistema jurídico responsable.
Aunque todo no está perdido, pero se han dado situaciones que conduce al sistema de aplicación de justicia a un despeñadero.
Se recuerda que la crisis del sector judicial dominicano, es fruto de seguidos escándalos de corrupción, donde se han dictado medidas de coerción contra dos de un grupo de jueces supuestamente implicados en una mafia que daba sentencias venales.
No hay dudas que hoy la justicia dominicana atraviesa por su peor momento, ya que una justicia sin credibilidad pierde toda la confianza y sus decisiones no son aceptadas como fruto de la realidad de los hechos, sino parte de la exposición de venta de sentencias.
Mientras esto ocurre, el Poder Judicial da nuevos tras pies cuando realiza cambios y degradación a jueces considerados justo y serio, como es el caso de Rafael Ciprian, que le abre otro frente a la acosada administración de justicia.
El año que casi termina, puede considerarse como de muy malo para la justicia porque se vivió de escándalos a escándalos que no dio paz al país.