VIDEO: Anciana de 101 años lleva 28 cumpliendo promesa en el santuario de La Altagracia

HIGÜEY. Estervina Villar tiene 101 años, y desde hace 28, acude al santuario de La Altagracia a cumplir con la promesa que le hizo a la Virgen de que mientras pueda caminar iría a venerarla porque fue la intercesora para que Dios le curara un hijo de un problema mental.

Ella se viste de blanco y hace el recorrido descalza, desde el viejo santuario al nuevo, con una imagen de La Altagracia, junto a su hijo curado.

La señora, oriunda de La Romana, cuenta que no solo ese favor le ha hecho la Virgen, sino muchos otros por lo que visita con alegría al santuario todos los 21 de enero acompañada de algunos de sus hijos.

Su lucidez mental contrasta con las condiciones físicas, pues ya sus pasos son lentos y requiere de ayuda. Doña Estervina deja ver su sonrisa al decir con gracia que el 27 de febrero cumple 102 años…y su hija lo confirma mientras agradece a Dios por la intercesión de María.

65 años sirviendo a la Iglesia

Cómo en todo acto hay gente responsable de tareas específicas y la de Región Leonardo, de 73 años, es recibir parte de las indumentarias y objetos que traen los devotos de la Virgen cuando visitan al santuario viejo donde en 1502 se inició el peregrinaje.

Él además tiene la función de orientar a la gente que requiere de un baño, de informar las horas de las celebraciones eucarísticas y de orientar sobre direcciones.

De su 73 años, lleva 65 en esos afanes como “servidor” del santuario. En un rincón se forma una pila de ropa y objetos que son dejados por los peregrinos desde zapatos, ropa-casi siempre blanca-, escobas, paraguas, brassier, calzoncillos, velones, banderas, pañuelos y otros.

Cuenta Leonardo que esa ropa luego es regalada a gente que la necesita.

De acuerdo con el servidor, la cantidad de gente que asiste al culto a la Virgen se han duplicado en comparación con los tres años anteriores.

Desde Yamasá a La Altagracia

Susana Muñoz tiene 24 años y vino al santuario de la Altagracia por varias razones: A cumplir una promesa que le hizo a la Virgen para que la ayudará a conseguir un empleo, y ya lo tiene.

También para que le ayude a curarse de una enfermedad “de los nervios”.

Ella se afana en arrancarle unas cuantas hojas a la mata de naranjo donde apareció la Virgen en la vieja iglesia. Ella está segura que con un te de esa mata se curará.

Dice que todo le vino porque “el parto se le subió a la cabeza” de un niño que parió y se le murió el pasado 25 de diciembre y dice que “como María es madre, la entiende y le ayudará a curarse de su mal. Vino ayer desde Hato Viejo Yamasá, amaneció en Higüey y ya cumplió su promesa, ahora solo espera por la intercesión de la Virgen para curarse de su mal, dice.

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