Hay que pisar mangueras

 

Por Leonardo Sanchez

Hay una conseja popular que establece, como un dogma ineluctable que, “entre bomberos no se pisan la manguera”.

Pero en la presente situación, que enfrenta la sociedad dominicana por los “sonados” casos de corrupción pública, que tienen un nivel de información irrenunciable y con muy escaso margen de ocultamiento, como las obras contratadas, los contratos y sus montos, los contratantes y los contratistas y, como si todo los anterior fuera poco, también se conocen los montos pagados, los beneficios obtenidos, los préstamos gestionados y recibidos, ¡y los sobornos confesados!, parece que va a ser imposible dejar de pisar algunas mangueras.

Se sabe también quienes anduvieron exhibiéndose con prostitutas internacionales como trofeos por sus hazañas sobornadas. Los hechos y las fotos están donde están y están al alcance de cualquier mínima investigación.

Hay personas con sus mangueras, señaladas por sus propios hechos, que por más vueltas que le den a “la perdiz” y más dilación que se les conceda, van a tener que pasar por los banquillos de “su justicia”, sí de esa justicia venal y propicia, pero tendrán que ir, aunque sea a levantar sus dedos índice y pulgar mostrando su L, de ladrón, pero el mundo los vera y recordará.

¡Hay jurisprudencia de hechos similares!

Y todos, tienen “la manguera común” de que todas las obras contratadas con Odebrecht han superado los montos iniciales establecidos en los contratos, como si coincidieran también en una inusual ineptitud en ingeniería económica.

O, que la inflación que nunca ha existido, de acuerdo a “su” Banco Central, los ha hecho equivocarse a todos y con todas las obras. ¡Qué nota, ¿eh?!

¡Porque todas las obras costaron bastante más de lo que se estableció inicialmente!

Por ejemplo, ya surca los medios la siguiente información, no desmentida, de una parte de las obras ejecutadas por la empresa brasileña:(montos en millones de dólares)

  • Acueducto Línea Noroeste: monto original 220; monto final, 251.5, y 31.5 de sobre precio.
  • Represa de Palomino: monto original 225; monto final, 400 millones, y 175 de sobre precio.
  • Represa de Pinalito: monto original 131; monto final, 300 millones, y 169de sobre precio.
  • Acueducto Samana: monto original, 115; monto final, 175, y 60 de sobre precio.
  • Acueducto Hermanas Mirabal: monto original, 51; monto final, 110, y 59 de sobre precio.
  • Carretera Constanza-Casabito-El abanico: monto original 41; monto final 112, y 71 de sobre precio
  • Auto Vía del Coral: monto original, 360; monto final 400, y 40 de sobre precio.
  • Carretera El Rio-Jarabacoa: monto original, 71; monto final, 100, y 29 de sobre precio.

Sumando y restando, con una platanera, como en cualquier pulpería de barrio, se hallan: 1,214 millones, que se dispusieron para esas obras; se ejecutaron finalmente 1,848, determinado un sobre precio de 634.5 millones de dólares, equivalente al 52.3 %.

¿Puede alguien explicar la diferencia entre los 92 millones confesados como sobornos y los 634 millones y medio de sobre precio?

Son, calculados con la misma platanera, 542.5 millones de dólares que, solo para este conjunto de obras, alcanza para cualquier cosa, como repartir esa parte de los préstamos entre una clase privilegiada.

¡30 % del monto total ejecutado y 52.3 % de lo presupuestado!

¡Ejecutados por encima de los presupuestos! Y sin explicación o justificación alguna, solo porque les salió del forro de los cojones y para cogerse un monto por encima de la bicoca de los sobornos.

Porque 92 millones de sucios dólares, palidecen ante el peso de 542.5 millones que se tienen que pagar con impuestos igual que los montos totales de préstamos contratados, ¡y se han ido a los bolsillos de los desconocidos sobornados!

Esos privilegiados protegidos por el silencio de algunos y el estruendo de las bocinas defensoras, a priori, de otros.

Y que no nos vengan con el cuento triste de la politización del tema de los sobornos de Odebrecht con mangueras o corbatas de colores, porque, sin importar el color, parece haber una constante en la sobrevaluación de las obras. Y eso, más que con colores partidarios, tiene que ver con prevaricación viciosa.

Por eso, es absolutamente imprescindible y necesario, ¡que se pisen las mangueras que la sociedad espera que se pisen! Sin excepciones, aunque se tengan que sacrificar algunos “delfines” o cortar algunas “cabezas de turco”.

Porque, como se ha dicho, no podemos dejar pasar los hechos presentes y pasados que son como un Rubicón que se debe cruzar, si no queremos que los Óptimos ciudadanos que nos pretenden gobernar por más tiempo, terminen con lo poco que nos queda del presente y también se roben el futuro con los préstamos.

Porque, al seguir cogiendo préstamos para construir obras sobrevaluadas, aunque ya no vuelvan a coger sobornos, se estarán robando el futuro.

Y, eso tiene que ser resuelto, ¡aunque haya que pisar la manguera al mismo jefe de los bomberos!