Críticas infundadas

Luis Céspedes Peña

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Es lamentable cómo en nuestro país hay sectores que se esfuerzan por destruir sus cosas buenas, sólo porque piensan que si se retira del camino lo que obstaculiza un posible ascenso, se les hace más fácil llegar a una determinada meta.

Hay ocasiones en que hasta se organizan planes macabros para destruir la moral de una persona. ¡Es una forma típica de quienes ya la perdieron y no son aceptados por la sociedad!

En el Estado son millares los que se benefician de él, pero pocos los que son capaces de sacrificar partecitas de sus salarios, para ayudar a resolver algunos problemas que le corresponden al mismo. ¡Casi todos sus empleados y la misma sociedad en general les exigen más, pero hay quienes cada vez dan menos para su fortaleza institucional!

Pero la correcta actitud de hacer algún sacrificio a favor del Estado tiene muchos enemigos, especialmente si son funcionarios  públicos, porque se estaba acostumbrado a gastar millones de pesos en unos famosos gastos de representaciones, que ya se corrigió en un elevado porcentaje.

Desde que fue aprobada la Ley 41-08 de Función Pública, un proyecto organizado por el hoy ministro de Administración Pública, se terminó con eso de que a cada funcionario había que cubrirle un almuerzo por el costo de 2, 500 pesos y 3,000 mil.

Ya ningún funcionario puede ir a ingerir bebidas alcohólicas, cenas o almuerzos costosísimos para ser pagados con tarjetas de créditos del gobierno. ¡Sólo hay uno que está pagando caro ese digno procedimiento, porque se atrevió a luchar por una legislación para moralizar esa parte del Estado! Lo llaman Ramón Ventura Camejo, uno de los más honestos en la administración que tiene el país.

En el propio Ministerio de Administración Pública (MAP), bajo su dirección, no se le perdona que él cubra con su dinero gastos que debe hacerlo el Estado.

Es posible que algunos subalternos entiendan que con esa forma, el ministro Ventura Camejo les esté dando un mensaje para que no exijan cosas que el Estado no está en condiciones de satisfacer.

Aunque el ministro de Administración Pública es sumamente exigente con el trabajo de sus técnicos, también hay que reconocer que el MAP es de las instituciones más justas en el pago de los salarios a favor de sus servidores  y los cuales también son  incentivados  en el buen  trabajo con bonificaciones. ¡Si el empleado no se gana eso, debe revisarse!

Hay que recordar que cuando Ventura Camejo era el gobernador provincial de Santiago, nunca recibió el dinero que se les entregaba a los funcionarios por concepto de combustibles y que estaba presupuestado. Pero esa forma de ser del ministro Ventura Camejo, también elevan sus gastos personales, los de su hogar, familiares sanguíneos que necesitan de su apoyo económico y de militantes de su Partido de la Liberación Dominicana (PLD), a los cuales él nunca olvida.

Es por esas razones que hay sectores que se preguntan por qué el ministro Ventura Camejo, no  declaró millones de pesos como lo hicieron otros funcionarios del Estado. No lo hizo porque es un funcionario honesto. ¡No fue al Estado a robar…No tiene dinero!

Si el ministro hubiese declarado que tiene 6 millones de pesos, que ya no es significativo, dejaríamos  de creer en su honestidad, porque de ¿dónde va a guardar ese dinero? Los funcionarios que están declarando  que tienen 30,  40  y más de 100 millones de pesos, es su asunto. Si sus declaraciones juradas no corresponden a la verdad, un día podrían verse metidos en problemas.

En países de América Latina, algunas de las personas que asumen posiciones  en los Estados, acostumbran a hacer declaraciones en base a con cuántos millones van a salir cuando dejen las administraciones públicas. ¡No sé si eso está ocurriendo o no en la República Dominicana!

Tenemos el honor de no conocer personalmente o no tener relaciones con más del 90 por ciento de los altos funcionarios del Estado. ¡Es que corresponden a una nueva generación de políticos!

La mayoría de quienes conocen al ministro Ventura Camejo, sabe  que una de sus debilidades es el no atreverse a gestionar cosas o posiciones en el Estado. ¡Eso le sigue haciendo un daño tremendo como político!  Hay que admitir que Ventura Camejo siempre se destaca en lograr obras para Santiago y ayuda a favor del desarrollo de muchas instituciones, especialmente de las llamadas sin fines de lucros.

El que abraza la política, sabe que debe perder la vergüenza para gestionar cosas en el Estado para su militancia, de manera especial. Como tiene ese problema, sus gastos personales, porque tiene que estar resolviendo situaciones para militantes políticos y otros sectores, su salario se pone chiquitico. Es un funcionario entregado, al 100 por ciento, al mejoramiento de la calidad de la gestión de la administración pública.

Tuve que reír con un amigo, porque me sorprendió cuando iba para la oficina del MAP, cuando malintencionadamente me hizo la pregunta de si visitamos la casa del ministro Ventura Camejo, a lo que le contesté que siempre lo hacemos.

Y entonces volvió a peguntarme si me siento en el suelo cuando voy a su casa. No esperó la respuesta y caminó rápidamente. Pero a ese amigo y a otros que cuestionan el por qué el ministro no  informó que tiene millones de pesos cuando hizo sus declaraciones juradas, debemos decirles que tiene los mismos ajuares que declaró ¡Ese funcionario no roba!

¡Nadie lo va a inducir a que le robe al Estado o a nadie para declarar que tiene millones de pesos! !Es un hombre honesto y lo seguirá siendo! Sí le sugerimos al ministro Ventura Camejo,  designar a  un asistente que pueda hacerle gestiones en el Estado u otros sectores, para resolver algunos problemas, especialmente a sus seguidores políticos, para que pueda seguir creciendo como líder y ayudar, de esa manera, a que su dinerito rinda un poco  más.

 

Gracias por leernos.